El Consejo Consultivo de los Hermanos Musulmanes, el órgano superior del movimiento islamista, ha aprobado este sábado presentar como candidato a la presidencia del país al número dos de la organización, Jairat al-Shater. Con esta decisión, la Hermandad se echa atrás en su promesa de no participar con un aspirante propio en las elecciones presidenciales, que se celebrarán los días 23 y 24 de mayo.
Durante las últimas semanas, la cuestión de a qué aspirante apoyar se había convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el grupo, generando fuertes disensiones en el seno de una organización caracterizada tradicionalmente por su cohesión y disciplina interna. Las juventudes incluso realizaron un conato de rebelión.
Ante la falta de un candidato viable capaz de unir a las diversas facciones, la organización ha optado por presentar a uno de sus hombres fuertes. De hecho, numerosos observadores consideran que al-Shater y no Mohamed Badie, el Guía Supremo y líder espiritual, es el verdadero cabecilla de los Hermanos Musulmanes, al menos de su alma política.
La decisión es toda una muestra de confianza por parte de los Hermanos Musulmanes, que ya controlan el Parlamento y aspiran a liderar el Gobierno a partir del 30 de junio. La razón que les había llevado a descartar presentar un candidato propio a la presidencia era su temor a que la cúpula militar del país, apoyada por potencias extranjeras, pudiera dar un golpe de Estado que pusiera fin a la transición si los islamistas monopolizaban el poder.
Los dirigentes de la Hermandad justificaron su cambio de postura en la falta de competencias del poder legislativo. "Hemos visto que había obstaculos en el camino del Parlamento para tomar las decisiones que sirvan para cumplir las demandas de la Revolución … Por eso hemos elegido el camino hacia la presidencia, no porque tengamos hambre de poder", dijo en rueda de prensa Mohamed Morsi, presidente de la marca electoral de la organización.
Tras la votación en el Consejo Consultivo, la candidatura de al-Shater aún podría tener que superar un escollo para hacerse efectiva. Este influyente multimillonario de 62 años fue condenado en 2006 por haber desafiado a Mubarak en las elecciones legislativas del año anterior. Liberado luego de la Revolución, en teoría está inhabilitado para ocupar cualquier cargo público. Sin embargo, algunos medios locales aseguraban ayer que habría recibido recientemente el indulto de la Junta Militar.
Precisamente, las relaciones entre los Hermanos Musulmanes y la cúpula militar pasan por su peor momento desde la Revolución que destronó a Mubarak a causa de la voluntad del movimiento islamista de realizar una moción de censura contra el Gobierno de Kamal Ganzuri. La Junta Militar, que es la única autoridad capaz de cesar al gobierno, ha reiterado durante los últimos días su apoyo a Ganzouri, rechanzando la petición de los Hermanos de liderar un nuevo gabinete.
Además de al-Shater, entre los candidatos favoritos a la presidencia de Egipto, figuran Amr Moussa, ex secretario general de la Liga Árabe, Abdel Moneim Abulfutuh, ex dirigente de los Hermanos Musulmanes, Hamdin Sabahi, líder del partido nasserista, y Hazem Abu Islmail, el candidato salafista, que el viernes realizó una toda demostración de fuerza al entregar más de 150.000 firmas a la junta electoral.