Argelia, el país más poblado del Magreb, tendrá, probablemente, dentro de dos meses, una mayoría relativa islamista en su Parlamento como sus vecinos magrebíes, Túnez y Marruecos.
Los líderes de los tres principales partidos islamistas legales, el Movimiento de la Sociedad para la Paz (MSP), El Islah (Reforma) y En Nahda (Renacimiento), anunciaron hoy miércoles que concurrirán a las elecciones legislativas del 10 de mayo con listas únicas y un programa común que darán a conocer en breve.
“No hay ninguna razón para que la corriente islamista, que ha obtenido un éxito espectacular en los países árabes vecinos, no lo logre también en Argelia”, declaró a principios de semana Bouguerra Soltani, presidente del MSP que hace dos meses abandonó la llamada Alianza Presidencial que respalda al jefe del Estado, Abdelaziz Bouteflika.
Abdelaziz Belkhadem, secretario general del Frente de Liberación Nacional, el antiguo partido único, ya vaticinó en diciembre que los islamistas obtendrían entre el 35% y el 40% de los sufragios.
Las elecciones de mayo serán las más transparentes de la historia de Argelia desde su independencia en 1962. Por primera vez las autoridades han aceptado que sean vigiladas por observadores internacionales.
Cerca de 500 se desplegarán en las grandes ciudades. Serán enviados por la Unión Africana, la Liga Árabe, la Unión Europea así como de Suiza, Noruega y Canadá. Algunas ONG, como la Fundación Carter, también supervisarán el escrutinio.
La creación de Argelia Verde, como se denomina la alianza islamista, empezó, en sus orígenes, con una iniciativa de jóvenes barbudos de varios movimientos para crear un frente común de lucha contra el fraude en las urnas. Aseguran que fue masivo en las anteriores citas electorales.
Los líderes de los tres partidos, Soltani del MSP, Hamlaoui Akouchi, de El Islah, y Fateh Rebiai de En Nahda, suscribieron ayer un documento sobre la necesidad de seguir avanzando hacia la democracia sin muchas más precisiones.
Al acto asistió el presidente de la asociación de oulemas (doctores del islam) argelinos, Almi Essaihi, quién se felicitó del cierre de filas en el movimiento islamistas.
Soltani quiso dejar claro que no se repetirá la historia. A finales de 1991 el Frente Islámico de Salvación estuvo a punto de ganar las elecciones, pero en enero de 1992 un golpe de Estado militar lo impidió. Occidente se mostró comprensivo con el golpe.
“La emergencia de mayorías islamista ya no preocupa en las capitales occidentales”, afirmó. “Es una realidad de la que se acomodan y a la que incluso contribuyen (…)”, añadió.
Ser mayoritario en la Asamblea Nacional no significa ostentar el poder, pero sí empezar a controlarlo. Argelia tiene un régimen civil presidencialista y los servicios secretos militares (DRS) siguen desempeñando un papel en la sombra.
Entre las tareas del nuevo Parlamento figura la nueva revisión de la Constitución que podría suponer una merma de las atribuciones del jefe del Estado.