Juan Pablo I tiene un saldo de 110.864 euros en el Banco Vaticano y Pablo VI tiene dos cuentas corrientes con 400.000 euros, según las revelaciones del escritor Nuzzi
La beatificación se cotiza a medio millón de euros, pero puede ascender a 750.000 si se suman los regalos que los interesados hacen a los prelados
El estanco del Vaticano, con 10 millones de euros de ingresos al año, es la segunda fuente más importante de financiación del Estado y no paga IVA
«Son datos ya conocidos». El portavoz vaticano, Federico Lombardi, trataba de salir así al paso de las revelaciones contenidas en ‘Via Crucis’ y ‘Avarizia’, los dos libros publicados por Gianluiggi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi y que desvelan el despilfarro de las cuentas vaticanas, desvíos de fondos e inversiones cuando menos poco éticas en el Vaticano. Unas revelaciones fruto de la filtración de centenares de documentos, incluyendo grabaciones al propio Papa, y que costaron la detención del eclesiástico español Lucio Ángel Vallejo Balda y de la italiana Francesca Chaouqui.
Algunas de las informaciones más sorprendentes revelan, por ejemplo, cómo en el IOR (Banco Vaticano) se mantenían abiertas cuentas a nombre de pontífices ya fallecidos, como Pablo VI o Juan Pablo I. Según la información desvelada por Nuzzi, la cuenta a nombre de «Su Santidad Juan Pablo I» tendría actualmente un saldo de 110.864 euros, mientras que Pablo VI mantiene dos cuentas activas que sumarían 400.000 euros.
Los documentos también hablan del dinero necesario para beatificar o canonizar a un católico. El proceso cuesta alrededor de medio millón de euros, a lo que hay que sumar los regalos que suelen hacerse a los prelados que participan en la causa, de modo que la factura puede subir a los 750.000 euros.
Por su parte, en ‘Avarizia’, Emiliano Fittipaldi detalla cómo funcionan la gasolinera, la farmacia, el estanco y el supermercado del Estado Vaticano. Según las filtraciones, la farmacia vaticana recaudó 32,8 millones de euros en 2013, y 41,6 el año anterior. ¿La razón? Entre otras cuestiones, que vende sus productos con un 20% de descuento porque no se paga el IVA. De ahí, el libro colige que los sacerdotes «trafican» con medicamentos específicos, como el Hamolind, un fármaco contra las hemorroides.
Un territorio «libre de impuestos»
La Santa Sede, además, es un mercado «libre de impuestos» en lo referente a la venta de tabaco y combustible. De hecho, el estanco, con 10 millones de euros de ingresos al año, es la segunda fuente más importante de financiación del Estado vaticano, tras la gasolinera, dado que en la Santa Sede, además de IVA, tampoco se paga el impuesto italiano sobre combustible. Algo similar ocurre con el vino, que convierte al Vaticano en el país del mundo donde más se compra: un promedio de 70 litros por persona al año.
Las revelaciones del libro ‘Via Crucis’, escrito por Gianluigi Nuzzi, ahonda entre otras cuestiones en la fastuosa vida de los cardenales de la Santa Sede. «En el mismo corazón de la Iglesia hay un agujero negro que Francisco descubrió tras muchas dificultades: fraude y una mala gestión que se convierten en estafa», señala para agregar que «el Papa es consciente de el coste de la curia es similar a los fondos destinados a los necesitados. Un escándalo».
Según la obra, el dinero que llega al Vaticano para las obras de caridad y que es enviado por los católicos de todo el mundo, no termina en manos de los más necesitados, sino que se utiliza «para tapar los agujeros provocados por los gastos generados por algunos de los cardenales y hombres que controlan el aparato burocrático de la Santa Sede».
Antes de la investigación de Francisco
En la Santa Sede preocupa, y mucho, el hecho de que la documentación «no esté filtrada ni puesta en contexto», puesto que la práctica totalidad del material se refiere al momento en que Francisco decidió hacer una investigación a conciencia de la situación financiera de la Santa Sede. «El Papa fue quien decidió sacudir las alfombras, y salieron éstas y otras informaciones», subraya a eldiario.es un funcionario vaticano que prefirió mantenerse en el anonimato.
Lo cierto es que los adelantos de los libros también reflejan la lucha del Papa Francisco por luchar contra la corrupción y el despilfarro. En uno de los textos, publicado por Nuzzi, se ve cómo Bergoglio aboga por no pagar si no existen presupuestos previos ni autorización. «Si algo se hace sin presupuesto previo y sin autorización, no se paga (…) ¡Claridad! Esto se hace en las empresas más modestas y tenemos que hacerlo también nosotros», señala el Papa.
Por su parte, Fittipaldi revela datos desconocidos sobre los presupuestos en el Vaticano. Así, la Santa Sede tendría propiedades por valor de 4.000 millones de euros, que en su mayor parte no producen beneficios, mientras que Radio Vaticana pierde 26 millones de euros al año, por otros 5 de L’Osservatore, el periódico oficial del Vaticano.