… Los expertos calculan que el presupuesto anual de la institución «supera los 580.000 millones de pesetas, una cifra que -aunque no confirmada- triplica, por ejemplo, los recursos anuales que gestiona el Instituto Nacional de la Seguridad Social». Esta cifra incluye el dinero de las 67 diócesis y los presupuestos de las más de 15.000 organizaciones y congregaciones religiosas, fundaciones movimientos religiosos y otras instituciones registradas en el Ministerio de Justicia que funcionan de forma autónoma.
Las cifras indican que la Iglesia controla más de 200 centros de educación universitaria, 45.000 aulas de Primaria y Secundaria, así como 2.268 centros de Preescolar e Infantil. En total se calcula que hay más de un millón y medio de alumnos en España.Cada una de estas organizaciones funciona con su propio estatuto económico y autonomía, de acuerdo con su naturaleza y las normas del Código de Derecho Canónico.
Los datos muestran también que en los Presupuestos Generales del Estado del año 2001 se otorga a la iglesia una subvención de 21.746 millones de pesetas, que cubre en torno a un 4 por ciento de lo que se calcula que precisa anualmente la Iglesia.
Los informes realizados por varios diarios desglosan el medio billón de pesetas que iglesia recibe como sigue. Las subvenciones a los centros privados de propiedad eclesial suman cerca de los 420.000 dientes, a los que se añaden los salarios de los profesores de religión (33.440 personas), unos 100.000 millones de pesetas anuales. A estas cifras hay que añadir unos 7.000 millones más en aportaciones urbanísticas (restauraciones y reparaciones)… (a los que se añaden partidas de la Unión Europea) (estos inmuebles siguen siendo propiedad exclusiva de la Iglesia)
… En todo caso no hay que olvidar que la Iglesia apenas paga impuestos: esta exenta de abonar el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y no paga el Impuesto de Sociedades o el de Transmisiones. No paga IVA y ni siquiera cotiza a la hora de pedir licencias de obras. Además, ni curas ni obispos hacen declaración de la renta en razón de sus bajos ingresos. En el caso de los obispos, éstos reciben, al margen de su sueldo, entre cinco y diez millones al año en gastos de representación. Y en cuanto a los curas, a su sueldo mensual se le añade la vivienda, el kilometraje recorrido en la actividad pastoral, los honorarios por decir misas así como lo ingresado por el cepillo y las colectas ordinarias y extraordinarias y por la administración de sacramentos (bautizos, bodas o entierros). Al mismo tiempo la Iglesia es una potencia inmobiliaria: sus inmuebles superan las 100.000 unidades (y ¡vaya inmuebles y ubicaciones!. Comentario que sive para considerar el valor de utilización y venal de los mismos de los mismos y su no aportación al IBI y a otros impuestos).
OTROS INGRESOS.
… además de otras aportaciones y subvenciones estatales, autonómicas y de las administraciones locales, los ingresos de la Iglesia tienen también otros orígenes:
. Herencias y donaciones de particulares.
. Rendimiento del patrimonio.
. Actividades editoras de libros, videos, casetes y discos.
. Ingresos publicitarios de los medios de comunicación propios, como los que genera la COPE y el resto de las emisoras diocesanas.
. Gestión y venta de sepulturas en cementerios de titularidad parroquial.
Pero obtener la estimación concreta de estos porcentajes, algo que, entre otros datos, solicitó esta revista a la Conferencia Episcopal, no fue posible. Se dijo que su valoración «requiere consultar muchas fuentes y llevaría mucho tiempo».
(Creo que se puede añadir:
. Los sueldos de otros gremios de capellanes castrenses, de prisiones, etc.
. Las subvenciones y aportaciones a ONGs de “caridad”, de atención a ancianos, etc. que cumplen una función social, pero cuya finalidad esencial es apostólica.)
Feligreses que no se estiran.
Una encuesta que el pasado año efectuó el CIS sobre creencias religiosas, arrojó las siguientes conclusiones. En un país donde el 85 por ciento de sus habitantes se declara católico, sólo el 32,62 por ciento de los contribuyentes españoles acató la consigna de la Iglesia: aportar una parte de sus impuestos anuales (el 0,5239 por ciento de la cuota) al sostenimiento de la misma. Así, buena parte de los problemas en los planes de autofinanciación se deben al bajo porcentaje de aportación de sus fieles, situación que se arrastra desde hace años y que ha desequilibrado los planes de autofinanciación de la Iglesia vía aportaciones de sus seguidores.
De todas maneras, el Gobierno ha anunciado que, pase lo que pase con la recaudación en cada ejercicio, los obispos recibirán del Estado una cantidad fija revisada anualmente.