La denuncia de 40 ex alumnos saca a la luz la impunidad en los internados
El próximo 14 de abril, el colegio de élite de Odenwald (al sur de Fráncfort, en Alemania), una institución histórica vinculada a la Unesco, cumplirá 100 años. El aniversario, cuyos festejos están programados para el verano, ya no será lo mismo. 40 ex alumnos han acusado a nueve profesores de abusos sexuales, prácticas sádicas y humillaciones entre los años sesenta y noventa.
Hace un mes, el colegio de Odenwald resultó ser la primera institución laica en verse involucrada en el escándalo de abusos sexuales y agresiones en los centros educativos en Alemania. Tras la publicación el pasado mes de enero de los primeros casos, ocurridos en el colegio jesuita Canisius de Berlín, cada semana han ido apareciendo nuevas informaciones.
La actual directora, Margarita Kaufmann, se ha comprometido a destapar todos los abusos. Esta semana, el diario Frankfurter Rundschau ha publicado un primer balance de su actividad. En total, 40 estudiantes acusan a nueve profesores de abusos sexuales y practicas sádicas. Dos testigos relataron casos que habrían ocurrido en los años noventa. Precisamente estos testigos, según dijo la directora, informaron acerca de "rituales horribles" como, por ejemplo, quemar o arrojar agua hirviendo sobre los genitales. También hablaron de estudiantes obligados a someterse a penetraciones con plátanos. En algunos casos, los abusadores habrían sido estudiantes mayores que violaban en grupo a compañeros más jóvenes mientras un profesor observaba la escena. Kaufmann recordó, sin embargo, que los relatos no han sido comprobados todavía, y que los casos han prescrito. Asimismo, la directora recordó que la cifra de los casos que todavía quedan por descubrir podría ser "muy alta".
El Ministerio de Educación de Hesse supo en 1998 lo que estaba ocurriendo en el colegio y las acusaciones contra el ex director Gerold Becker, que administró el instituto hasta 1985. Becker es uno de los principales sospechosos en los casos de pederastia y, pese a que el gobierno regional conocía estas acusaciones, lo mantuvo como asesor del Ministerio de Educación hasta 1999, según informó Frankfurter Rundschau.
Estas informaciones sobre casos espeluznantes cometidos en una institución tan prestigiosa han conmocionado el país. La escuela de Odenwald es laica, mixta y de élite. Fue fundada en 1910 por Paul y Edith Geheb, un matrimonio de pedagogos judíos, y alberga a alumnos de 14 a 18 años. En ella estudiaron, entre otros, el francés Daniel Cohn Bendit, líder del movimiento estudiantil del 68 en Francia, y actual jefe de los Verdes en el Parlamento Europeo; Klaus Gysi, padre del ex ministro de Alemania Oriental Gregor Gysi; la directora de cine Sandra Nettelbeck, y escritores como Jakob Arjouni y Amelie Fried.
Este y otros escándalos anteriores ponen en tela de juicio el papel de los internados, instituciones donde se acumulan la mayoría de los casos destapados en los últimos meses. "Sin duda, la estricta cercanía entre educadores y estudiantes ofrece un entorno con riesgos más altos", asegura Detlef Kulessa, presidente de la asociación Töchter und Sohnen (Hijas e Hijos), que asesora los internados alemanes. Según el experto, sin embargo, "dentro de los colegios hay una sensibilidad y un control muy alto. Se habla más del tema. Los alumnos tienen ahora un papel más activo".
El silencio es uno de los problemas de estas estructuras: lo que sucede dentro de los muros se queda allí. "En instituciones donde la presión y el secreto juegan un papel significativo, se da el espacio para el abuso", explica el psicólogo infantil Günther Deegener. Los expertos coinciden en que hoy la situación ha cambiado, entre otras razones, gracias a las tecnologías. "Hoy los alumnos mantienen contacto continuo con sus padres. Hablan por móvil y se comunican por Internet", dice Konrad von der Beeke, presidente de la Asociación Alemana de Internados Católicos (V.K.I.T.).