La comisión independiente creada por la Conferencia Episcopal Francesa tramita ya 736 peticiones de reparación. Una segunda comisión, la de las congregaciones religiosas, ha recibido 380 demandas en sus primeros meses
Las víctimas de pederastia de la Iglesia católica francesa podrán aspirar a una indemnización máxima de 60.000 euros por la vía extrajudicial. Ese es el techo fijado por las dos comisiones independientes —una establecida por la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), otra por la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Francia (Corref)— encargadas de recibir las demandas de reparación de aquellas personas que sufrieron abusos sexuales cuando eran menores por parte de religiosos o de laicos trabajadores en el seno de instituciones controladas por la Iglesia.
El pasado octubre, la comisión independiente encargada de investigar los casos de pederastia en la Iglesia católica francesa (Ciase), estableció que, desde 1950, al menos 216.000 personas fueron víctimas, cuando eran menores, de los abusos de religiosos galos. Un mes más tarde, los obispos reconocieron formalmente, durante su asamblea en Lourdes, la “responsabilidad institucional de la Iglesia” ante la pederastia en su seno y su “deber de justicia y reparación”.
La tarea de acompañar a las víctimas que deseen una reparación —no todas desean hacerlo y, entre las que lo hacen, no todas buscan una compensación económica, subrayan los responsables— apenas ha comenzado. Aun así, la tabla de indemnizaciones establecida apunta a que estas supondrán un golpe económico mucho menos duro que, por ejemplo, el de la Iglesia estadounidense, que ya ha desembolsado varios miles de millones de dólares para compensar a sus víctimas. Varias diócesis de ese país se han declarado de hecho en bancarrota en los últimos años.
No obstante, Marie Derain de Vaucresson, presidenta de la Instancia Nacional Independiente de Reconocimiento y Reparación (INIRR), la comisión creada por la Conferencia Episcopal francesa para recibir y tratar las denuncias de abusos por parte de religiosos, ha defendido este miércoles, durante una rueda de prensa en París, las reparaciones decididas. “El montante máximo se sitúa en la horquilla más alta de las indemnizaciones de la justicia civil”, señaló. Es, incluso, insiste la INIRR, “más alta que los montantes máximos acordados por la mayor parte de las comisiones creadas en Europa”. En Alemania, su conferencia episcopal acordó una indemnización máxima de 50.000 euros, en Bélgica asciende a 25.000 euros.
Tres ejes para la reparación económica
Para decidir qué compensación económica le corresponde a cada víctima que solicite una reparación pecuniaria, la INIRR ha establecido tres “ejes”: la “gravedad de los abusos sexuales” sufridos; la “gravedad de las deficiencias” en materia de prevención y de tratamiento de esos abusos por parte de la Iglesia y, finalmente, la “gravedad de las consecuencias sobre la salud” de la víctima. Cada uno de estos “ejes” cuenta a su vez con diez niveles de gravedad. Así, en materia de abusos, el nivel 1 es la “exhibición sexual o compartir imágenes pornográficas o comportamientos inapropiados para la corrupción de un menor”, mientras que el más grave, el 10, implica “violaciones múltiples durante más de 5 años, violaciones durante más de un año acompañados de abusos o violaciones múltiples en grupo, fuera cual fuera su duración”. Por su parte, el eje de “deficiencias” de la Iglesia va desde el más leve cuando esta no solo reconoció los hechos, sino que actuó para frenarlos e incluso acudió a la justicia, al nivel 10 o más grave: “Negación total por la Iglesia y/u hostilidad activa o manipulación” de los hechos.
Hasta el momento, la INIRR ha recibido 736 denuncias por parte de víctimas de pederastia. Ello apunta, según Derain de Vaucresson, a que la cifra de víctimas que se presenten en este primer año de trabajo de la INIRR (su presidenta tiene un mandato de tres años, renovable por otros tres) acabará estando probablemente en lo más bajo de la horquilla de entre 1.500 y hasta 8.000 denuncias que calculó la institución a comienzos de año para este 2022.
El 10 de junio, la INIRR enviará su propuesta de indemnización de los primeros 10 expedientes ya analizados al Fondo de ayuda y de lucha contra los abusos de menores (Selam, por sus siglas en francés). Los montantes solicitados para estas primeras víctimas van desde los 8.000 a los 21.000 euros, reveló Derain de Vaucresson este miércoles.
El Selam es el organismo creado también el año pasado por la Conferencia Episcopal para recopilar dinero en el seno de la Iglesia francesa para hacer frente a las reparaciones de las víctimas de pederastia y, a recomendación de la INIRR, financiar los montantes estipulados por esta comisión. En enero, el Selam anunció que había logrado recaudar los primeros 20 millones de euros gracias a la venta de patrimonio inmobiliario y de inversiones de diversas diócesis y obispados. De esta primera partida, cinco millones fueron dirigidos al “acompañamiento financiero” de las víctimas, según lo determine la INIRR y otro millón a “acciones de prevención y de memoria”.
De manera paralela (y similar) a la INIRR trabaja la Comisión de Reconocimiento y Reparación (CRR), que atiende a las demandas de las víctimas de pederastia en las congregaciones religiosas. A diferencia de la INIRR, que estipula las indemnizaciones que debe pagar el fondo de la Iglesia, la CRR debe negociar en cada caso individual la reparación económica con la congregación afectada, aunque el monto máximo también es de 60.000 euros, con un mínimo de 5.000 (la INIRR no ha querido establecer un monto de reparación mínimo debido a que, dice, no todas las víctimas desean una respuesta monetaria). Hasta la fecha, la CRR ha recibido por su parte más de 380 demandas de reparación, según confirmaron a EL PAÍS este miércoles fuentes de la institución dependiente de las congregaciones religiosas.