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Un joven camina por el interior de una iglesia. Danique Tersmette

Las víctimas de la pederastia exigen a Bélgica el fin de las subvenciones a la Iglesia católica

El Estado paga salarios y pensiones del clero, y mantiene templos y edificios

«Me despertaré todas las noches alrededor de las cuatro de la madrugada. He aprendido a vivir con ello. Estoy aguantando porque no quiero que mi hija tenga un padre que se suicidó», dijo Patrick Nieuwkerk, quien refirió que lleva 16 años viviendo solo porque no soporta que nadie se tumbe en la cama a su lado

La difusión de los cuatro episodios del documental «Godvergeten» en septiembre pasado en la televisión belga causó conmoción en la audiencia al escuchar los testimonios personales explícitos de las víctimas, entre ellos la prima del exobispo Roger Vangheluwe de Brujas, que aún espera que el Vaticano se pronuncie sobre su caso denunciado en 2010

Víctimas de violencia sexual cometida por sacerdotes en Bélgica exigieron este lunes ante una comisión de investigación parlamentaria el fin de las subvenciones a la Iglesia católica, la anulación de la prescripción de los abusos contra menores y una indemnización adecuada para las víctimas.

Esta comisión se creó tras la emisión por la televisión privada VRT del documental «Godvergeten» (Olvidados por Dios), algunos de cuyos protagonistas comparecieron hoy ante los diputados, a quienes expusieron su sufrimiento psicológico por sus experiencias infantiles traumáticas.

Ante la audiencia de ayer comparecieron tres hombres víctimas de abusos sexuales que detallaron también cómo aquellas terribles vivencias influyeron negativamente también en sus vidas de adultos, especialmente en sus relaciones familiares y sociales, así como con el padecimiento de pesadillas recurrentes, según recogió la agencia Belga.

Testimonios de las víctimas

«Me despertaré todas las noches alrededor de las cuatro de la madrugada. He aprendido a vivir con ello. Estoy aguantando porque no quiero que mi hija tenga un padre que se suicidó», dijo Patrick Nieuwkerk, quien refirió que lleva 16 años viviendo solo porque no soporta que nadie se tumbe en la cama a su lado y que trabaja hasta la extenuación para agotarse y tratar de dormir unas horas.

El Papa, con los obispos belgas
El Papa, con los obispos belgas Rome Reports

«Perdí a mi familia, estoy enfermo, todavía tengo pesadillas y tengo una opinión muy baja de mí mismo. Mi círculo de amigos es extremadamente limitado», manifestó por su parte Jan Puype, quien al igual que Nieuwkerk fue indemnizado tras el informe elaborado hace 13 años por una anterior comisión de investigación parlamentaria.

 «La vida hubiera sido muy diferente si no hubiera sido víctima de abuso. Ha afectado a mi situación profesional, mis relaciones más íntimas, estoy aislado y solo. Tengo muchas molestias físicas y noches difíciles», dijo, por su parte, Jean Borms, quien pasó su niñez en una institución católica.

Los trabajos de esta nueva comisión dieron comienzo el pasado 10 de noviembre con la intervención del sacerdote flamenco jubilado Rik Devillé, fundador del comité «Mensenrechten in de Kerk» (Derechos Humanos en la Iglesia) y autor de un libro de testimonios de víctimas que inspiró el documental «Godvergeten».

Parlamento belga
Parlamento belga

El sacerdote abogó por facilitar las denuncias de las víctimas de abusos, por que el seguimiento de los expedientes quede estrictamente fuera de la Iglesia, en especial en lo que se refiere a indemnizaciones, y por revisar el plazo de prescripción de estos delitos para que puedan ser juzgados en todo momento a sus autores.

La difusión de los cuatro episodios del documental «Godvergeten» en septiembre pasado en la televisión belga causó conmoción en la audiencia al escuchar los testimonios personales explícitos de las víctimas, entre ellos la prima del exobispo Roger Vangheluwe de Brujas, que aún espera que el Vaticano se pronuncie sobre su caso denunciado en 2010.

Uno de los objetivos de la investigación parlamentaria es ver hasta qué punto la Iglesia puede ser considerada responsable de las consecuencias del abuso, al tiempo que examinará la financiación del culto o una adecuada compensación a las víctimas.

En Bélgica, el gobierno paga salarios y pensiones de los sacerdotes y es responsable del mantenimiento de iglesias y edificios.

Para facilitar que más víctimas puedan manifestarse, incluso de forma anónima, la comisión parlamentaria de investigación sobre la violencia sexual cometida dentro y fuera de la Iglesia lanzó el viernes pasado un llamamiento a aquellas personas que deseen facilitar su testimonio por escrito o por vídeo. Podrán hacerlo enviando sus relatos a la oficina del Defensor del Pueblo federal. 

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