Se concentrarán este martes a las puertas del Parlament durante el acto de entrega de la medalla de oro al Monasterio, donde se violó al menos a 14 menores
“Es incomprensible que la Mesa del Parlament, en vez de ponerse del lado de las víctimas, decida apoyar a una institución como Montserrat, que ha encubierto durante décadas casos de pederastia y todavía hoy se niega a indemnizar a las víctimas”. Así de contundente se muestra Miguel Hurtado, activista antipederastia y primer denunciante de los casos de abusos en Montserrat, ante la decisión del Parlament de conceder una medalla de oro al monasterio.
Las víctimas catalanas y sus representantes se concentrarán este martes a las 17.30 horas a las puertas del Parlament para mostrar su rechazo a la concesión del reconocimiento, que tendrá lugar justo esa tarde en la cámara catalana.
Previamente, pidieron por carta a los miembros de la Mesa que revocaran su decisión de homenajear al Monasterio de Montserrat como baluarte de la catalanidad, pero la petición cayó en saco roto.
Las violaciones denunciadas
Su indignación se sustenta en que, a su juicio, la abadía ha sido la “zona cero” de la crisis de abusos sexuales en Catalunya, dado que el responsable del grupo de los escoletas, Andreu Soler, abusó de al menos 12 menores en 30 años. Y otro de sus monjes benedictinos (el padre V.T.M.) confesó haber abusado de otros dos niños a finales de los 70.
En ambos casos, según denunciaron las víctimas en la carta enviada a los miembros de la Mesa del Parlament, los responsables de Montserrat «ocultaron, silenciaron y encubrieron los hechos, para evitar que salieran a la luz» y el «escándalo de reputación».
Pese a ello, el president de la Mesa, Josep Rull, ha defendido la concesión de la medalla de oro a la abadía en su milenario con el argumento de que representa “el sentimiento de catalanidad y de arraigo a Catalunya”.
La opinión de los afectados
Ante esta situación, Jordi de la Mata, violado en su niñez en el colegio de los jesuitas de Sant Ignasi, en Barcelona, considera que este gesto demuestra que a menudo “los políticos no solo no hacen nada por ayudar” a las víctimas de la pederastia, sino que “toman decisiones en su contra”.
Mientras, el escritor Alejandro Palomas, abusado en la escuela de La Salle Premià de Mar (Maresme), indica que “no entiende el mensaje” ni “qué quiere decir pasar por encima de toda la oscuridad, de toda la opacidad sobre los abusos, que la abadía todavía no ha reconocido”. “No entiendo cómo es posible que se dé este ejemplo. Dónde está la ejemplaridad, dónde está el bien común, dónde están los niños, dónde está pensar en los niños”, se pregunta.
Mientras que Hurtado concluye que la entrega de la medalla a Montserrat es un “acto de ‘hooliganismo’ histórico”. “Quieren borrar a las víctimas de la historia de Catalunya porque les molestamos. Y envían el peligroso mensaje de que en Catalunya continúa habiendo vacas sagradas, intocables, que pueden vulnerar impunemente los derechos humanos de los ciudadanos sin que las instituciones se atrevan a exigirles responsabilidades”.
