Los individuos detrás de estas acciones están asociados a movimientos de extrema derecha. Los hechos reabren el debate sobre los límites de la libertad de expresión.
La ola de quemas de Corán por parte de simpatizantes de la ultraderecha en los países escandinavos no cesa. Suecia y Dinamarca han elevado el nivel de amenaza al segundo más alto. Una decena de países musulmanes han reaccionado protagonizando multitudinarias protestas.