Tras el “Tren de la Libertad” y la manifestación del 1F pudo haber quienes pensaron que las mujeres ya habían tenido su minuto de gloria y que las cosas seguirían como estaban. Quizás, con la acción de Femen a “Toño” Rouco Varela alguien pudo empezar a valorar que la respuesta contra la propuesta del ministro Gallardón y su Anteproyecto de Ley Orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada tenía recorrido. Y así es. El calendario de movilizaciones se va perfilando. El mes de febrero ya se va completando, y aún pueden realizarse más acciones Femen o iniciativas de otros grupos que no se vinculan a ninguna plataforma o trabajan en redes informales.
La nueva jornada de movilización, nacional e internacional, es el 8 de febrero, con una convocatoria del Movimiento Feminista en un sinfín de ciudades que recorren todo el estado (Catalunya, Euskadi, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía o Madrid), y también nuevas movilizaciones en Dublín (Irlanda), Reykjavik (Islandia), Londres (Inglaterra), Lisboa, Porto y Coimbra (Portugal).
Y por aquello de que no sorprende que en París se manifiesten por tercera vez, pero sí que haya una nueva manifestación de Madrid, es necesario aclarar las convergencias y divergencias entre ambas convocatorias.
La manifestación del sábado tenía la característica de movilización estatal, de acompañamiento al “Tren de la Libertad” promovido desde Asturias por Mujeres por la Igualdad de Barredos y la Tertulia feminista Les Comadres, organizada casi de manera espontánea a través de redes de mujeres; la jornada del 8F tiene un planteamiento estratégico descentralizado, convocado por organizaciones de diversas características y temáticas, pero todas ellas bajo la denominación de Movimiento Feminista.
Hay más diferencias, que no tienen que significar ni ruptura ni división, porque ambas convocatorias parten de un objetivo común: exigir la retirada de la propuesta del ministro Gallardón. El matiz está en las vindicaciones que complementan la convocatoria del 8F: que el aborto esté fuera del Código Penal; que quede regulado como un derecho de todas las mujeres; aborto libre que, como reza el Manifiesto, “significa que no se puede forzar a una mujer a proseguir con un embarazo no deseado y cuestionar su decisión de interrumpirlo”.
Así mismo, se reclaman dos modificaciones respecto de la ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo de 2010: que se regule la objeción de conciencia “para que ninguna mujer se quede sin asistencia sanitaria” y el respeto a la autonomía de las jóvenes (16, 17 años) para que no tengan que pedir permiso a quien ostente la patria potestad. Y educación afectivo-sexual, frente a las políticas regresivas del ministro Wert, que elimina la educación sexual para impulsar la religión.
Para que se pueda fijar un calendario, el domingo 9 de febrero se realizarán movilizaciones en otras ciudades (Burgos…); el sábado 14 otra vez en Barcelona; en Madrid, una batukada por la justicia…
En la estrategia de movilización continua que presenta el Movimiento Feminista, los motores tampoco se detendrán el 8 de Marzo, Día Internacional de las Mujeres, sino que el horizonte inmediato es la convocatoria en Madrid, para la primavera, de una manifestación estatal, que se empezará a gestar el día 15 de febrero, en la reunión con convocatoria abierta a todos los grupos feministas del Estado.
Por tanto, hay mujeres, hay estrategias y objetivos, hay reivindicaciones para salir a la calle, por mucho que durante años se haya pretendido que la calle, el espacio público, no pertenecía a las mujeres y a sus exigencias de derechos.
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