‘Las mujeres sufrimos bajo sistemas religiosos’, afirma
Una de las caras más conocidas de la causa palestina regresa con fuerza a la primera línea de la escena política y diplomática. Palestina y cristiana, la doctora Hanan Hashrawi protagoniza una carrera ideológica y mediática con dos viejas/nuevas metas: Un Estado palestino y la igualdad de la mujer en la sociedad árabe.
Nacida en Ramala en 1946, Hashrawi es la única mujer del Comité Ejecutivo de la OLP. No oculta su felicidad ante los vientos de la Primavera Árabe pero tampoco su preocupación ante las señales de un posible tsunami islamista. "Me opongo al extremismo en cualquier religión", aclara a ELMUNDO.es.
Su duro rival dialéctico en los debates televisivos de los 90 era un joven israelí llamado Benjamin Netanyahu. Hoy, el principal blanco de su discurso.
Pregunta.- ¿Por qué es tan difícil sentar en una misma mesa al presidente palestino Abu Mazen y a Netanyahu?
Respuesta.- La cuestión no es hacerse la foto o reunirse sólo por reunirse. Durante veinte años se ha negociado en busca de la negociación. Debemos asegurarnos que haya credibilidad, contenido, confianza e integridad. Israel demostrará su verdadero compromiso hacia la paz si frena la construcción en las colonias y reconoce los términos de referencia basados en las fronteras del 67. Hasta ahora, las negociaciones no han tenido influencia en el terreno. Los palestinos deseamos negociaciones genuinas que traigan resultados.
Pero no exigieron al primer ministro Ehud Olmert el fin de la construcción en los asentamientos para negociar… Olmert aceptó la solución de dos Estados, la capitalidad de Jerusalén para los dos países y la vuelta a las fronteras del 67. Discutieron incluso con mapas. Seguramente con él las conversaciones han sido las más avanzadas hasta la fecha.
P.- ¿Sigue creyendo, como dijo, que con Netanyahu no hay opción de un acuerdo de paz?
R.- Tanto la ideología como las medidas en el terreno de Netanyahu contradicen los principios más básicos del proceso de paz. Necesitamos un interlocutor que sea creíble y esté comprometido a estos principios. No uno que está a favor de la expansión de colonias, la anexión de Jerusalén y la confiscación de tierras palestinas. Netanyahu promueve una política de hechos consumados y por tanto no es un interlocutor en el proceso de paz. Al contrario, su política lo ha dañado. Está interesado en conversaciones sin querer comprometerse. Le juzgamos por su actitud y no por sus declaraciones públicas.
En varios discursos, Netanyahu se mostró a favor de "dos Estados para dos pueblos"… Ciertamente lo ha declarado pero parece más relaciones públicas que algo real. Su aceptación de un Estado palestino viene con tantas condiciones que lo hacen imposible. Por ejemplo, se opone a que Jerusalén sea también nuestra capital, las fronteras del 67 o el desmantelamiento de colonias.
P.- ¿Cómo ve el papel de la mujer en la Primavera Árabe? ¿Se justifica el temor ante el poderoso avance del islamismo en Túnez, Egipto, Libia, Marruecos etc.?
R.- Hay diferentes realidades y matices. No es una situación homogénea. En Egipto, el movimiento de mujeres es el más antiguo en el mundo árabe y se remonta a los inicios del siglo XX. Lucharon por sus derechos pese al rotundo dominio de los hombres. Las revueltas árabes han contado con la completa participación de las mujeres pero desgraciadamente, como siempre, hay fuerzas que intentan socavar el papel de las mujeres y dejarlas de nuevo atrás. Son básicamente las fuerzas más religiosas y conservadoras que ideológicamente se oponen a los derechos de las mujeres. Es un desafío enorme porque no podemos pedir derechos humanos y democracia sin garantizar los derechos de las mujeres. Es una lucha en la que debemos ser solidarias. Existen fuerzas reaccionarias pero también hay cada vez más mujeres valientes.
P.- Y cuando escucha que la sharia o Ley Islámica será la única guía política, social y jurídica…
R.- No hablo sólo de la sharia islámica sino de todos los partidos que usan la religión como base ya sea el Islam, judaísmo o cristianismo. El problema es el extremismo religioso que oprime a las mujeres. Cuando el sistema político se basa en ideologías religiosas, las mujeres sufrimos. Los valores que se asocian a la Primavera Árabe como libertad, dignidad humana o fin de opresión son vitales para los derechos de la mujer. No podemos pedir esos valores sólo para la mitad de la población.
P.- Este mes se formará un nuevo Gobierno en España. ¿Teme que haya un cambio de posición respecto al conflicto entre israelíes y palestinos?
R.- No. En España hay un claro entendimiento y comprensión de la situación palestina que va más allá de la filiación política. Existe una auténtica empatía hacia nuestra causa. Creemos que España no cambiará su política respecto a la causa palestina.
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