«No podemos olvidar que son enfermos de alzhéimer, que no son capaces de expresar lo que les duele», afirma Ignacio Varas, de la Plataforma de Familiares Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía. Denuncian la desatención, empeoramiento de la calidad de la comida, desaparición de la figura del médico geriatra en el centro.
La situación es insostenible en el Centro Alzhéimer de la Fundación Reina Sofía. Así lo estiman los familiares de los residentes, que no dudan en denunciar las enormes carencias que sufren los usuarios. El centro, gestionado por la asociación del Padre Ángel, Mensajeros de la Paz Edad Dorada, cuenta con 156 plazas desde agosto del año pasado.
«Queremos que Mensajeros de la Paz abandone la gestión del centro, las negligencias médicas son constantes y permanentes», se queja Ignacio Varas, de la Plataforma de Familiares Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía. «No podemos olvidar que son enfermos de alzhéimer, que no son capaces de expresar lo que les duele«.
Y lo que les duele, a tenor del relato que nos trasladan los familiares de los residentes, tiene que ver con desatención, empeoramiento de la calidad de la comida, desaparición de la figura del médico geriatra, así como de terapias destinadas a ralentizar el deterioro cognitivo de los enfermos. Un escenario de «profundas carencias» que tiene en vilo a los hijos de estos residentes.
«¿Qué le puedes decir a un familiar cuya madre tiene una escara en un pie porque no le aplicaron los medios necesarios? Esto es algo que está pasando de forma cotidiana, y todo es porque ni se hace seguimiento de las heridas que presentan los usuarios, ni se les hacen curas, ni se informa de las pautas y los tratamientos», denuncia Varas.
Paloma Juanas, hija de Francisca, enferma de alzhéimer de 85 años, denuncia la alarmante falta de personal del centro, lo que está generando situaciones comprometidas: «Estamos hablando de muchas caídas que son evitables, pero que se producen porque no hay manos suficientes para atenderlos, por eso presentan golpes y por eso hemos presenciado peleas y trifulcas de todo tipo entre los enfermos».
Y es que, según denuncian los familiares, estamos hablando de que para una residencia de 156 plazas y 40 más como centro de día, hay entre dos y tres terapeutas ocupacionales y entre uno y dos fisioterapeutas. Un despliegue a todas luces insuficiente que evidencia el abandono en el que se hallan estos pacientes.
«Hay goteras, con lo que implica un firme resbaladizo para este tipo de pacientes, no les cambia los pañales cuando lo requieren, lo que ha derivado, en el caso de mi madre, en sucesivas infecciones de orina. Estamos muy preocupados, es muy duro vivir con la incertidumbre de tener a tu madre en un lugar en el que no está bien cuidada», lamenta Juanas.
Junto a las goteras, los familiares avisan de que se han encontrado en el centro plagas de hormigas, si bien estas ya han sido exterminadas hace apenas unas semanas. Se trata, denuncian los familiares, de una interminable relación de carencias que desean trasladar lo antes posible a la consejera de Política Social, Concepción Dancausa.
Un presupuesto demasiado bajo
«Si ha tenido tiempo de recibir al Padre Ángel –apunta Varas– también podrá hacerlo con los familiares, no en vano nosotros no perseguimos ningún tipo de interés económico, el amor por nuestros seres queridos es lo que nos mueve, creo que hay una gran diferencia. No vamos a parar hasta que Dancausa nos reciba».
Desconocemos, por el momento, cuándo se producirá la reunión que reclaman los hijos de estos enfermos, sí se sabe, por contra, que la ONG del Padre Ángel, Mensajeros de la Paz, seguirá gestionando el centro pese a su intención de abandonar sus funciones tras las protestas de los familiares de los usuarios.
Los hechos se precipitaron este pasado viernes, cuando la ONG anunció su renuncia a la gestión del centro ante la «imposibilidad de darle la vuelta a esta desagradable situación en la que ninguna de las partes» está «satisfecha». Mensajeros de la Paz reconocía algunas carencias e incumplimientos de los pliegos del contrato.
«Ahora han anunciado que va a entrar un supervisor para fiscalizar lo que sucede en el centro, pero de qué nos sirve si no varían las condiciones del pliego, ahí está la clave, en la partida presupuestaria, creemos que es a todas luces insuficiente para cuidar como se merecen estos enfermos», zanja Juanas.