La mayor parte de los casos planteados ya están prescritos, y sólo se denunciaron el 14% de los mismos. El velo de silencio también está presente en el pasado de la Iglesia francesa
Obispos y religiosos del país ultiman un proyecto de «justicia restaurativa» que incluirá el reconocimiento, también a nivel económico, de las víctimas y su sufrimiento
Escuelas, centros de catequesis, capellanías, campamentos de verano… Cualquier lugar es bueno para un depredador de menores en el seno de la Iglesia. Al menos de la francesa, según se desprende de los resultados de un informe de la Comisión Independiente sobre abuso sexual en la Iglesia católica gala, que en el último año y medio ha recabado, a través de una plataforma telefónica, más de 6.500 llamadas de víctimas o testigos.
El estudio, que finalizó el 31 de octubre, recalca que casi dos tercios de las llamadas, el 62%, son hombres, y tres de cada diez de ellos tienen más de 70 años. La mitad tienen entre 50 y 69 años, mientras que el 17% tiene entre 30 y 49 años. Sólo el 2% de los posibles abusados tiene menos de 30 años.
En el 50% de los casos, los hechos ocurrieron en los años 50 y 60, en el 18% de los casos en los 70, en el 12% de los casos en los 80, 7% en los 90, 3% en los años 2000, 5,7% en la década de 2010.
Estrategia del silencio
Casi 9 de cada diez agresiones (el 87%) fueron cometidas contra menores, añade el informe. De entre los adultos abusados, un tercio eran religiosos en formación, o seminaristas.
La estrategia del silencio también funcionó en el caso de la Iglesia francesa, como muestra el hecho de que sólo en el 14% de los casos se interpuso una denuncia judicial.
En sus conclusiones, el responsable de la comisión, Jean-Marc Sauvé, destacó la “profunda necesidad de reconocimiento individual y colectivo de las víctimas y del calvario que vivieron”.
Una necesidad que «no se puede resolver únicamente con el pago de una suma de dinero, sobre todo si va acompañada de la orden de guardar silencio», argumentó.
Por su parte, tanto la Conferencia de Obispos como de Religiosos franceses aseguraron estar trabajando por el reconocimiento del sufrimiento de las víctimas, también en lo económico, mediante un proceso de “justicia restaurativa”, que prevé concluya en otoño de 2021.