Resulta absurdo y grotesco hasta donde puede llegar el afán cofrade de Semana Santa. Un mero titular de prensa sin ningún valor jurídico. Desde luego los Ayuntamientos no tienen ninguna obligación de costear o de asistir a ninguna actividad religiosa y confesional, incluso aunque quieran camuflarla de tradicional, cultural… Por si esta semana no hubiese dado suficiente de sí… aquí tenemos un digno remate. No solo es que no incumplen nada, es que esa debía seer la actitud de todos los ayuntamientos para respetar a toda la ciudadanía, sin privilegiar o identificarse como representantes públicos, con ninguna creencia particular.
Las cuatro cofradías de la localidad de Llubí, que se encargan de la organización de las procesiones, han decidido denunciar al actual Ayuntamiento de la localidad, encabezado por la alcaldesa, por no asistir ni uno solo de sus representantes a los diferentes actos que se organizan por Semana Santa. Consideran que, al margen de las ideas religiosas que paueda tener cada uno de los políticos que en estos momentos dirigen el Ayuntamiento, es una falta de respeto a todas las personas que organizan en todos los actos que conmemoran la muerte y resurección de Jesús. Además, aclaran, que son las cuatro cofradías las que se encargan de los preparativos y organización de las distintas procesiones, sin que la parroquia tenga ninguna participació en dicha organización. Tras las últimas elecciones, el Ayuntamiento pasó a ser gobernada por la representante del partido Més, que consiguió el apoyo de los otros partidos de izquierda, pese a que el PP fue el partido más votado.
La situación que sufre Llubí, en el que ningún representante del Ayuntamiento secunda, ni acude a los actos de Semana Santa, en otras localidades no ocurre lo mismo. En localidades como Sineu, sa Pobla o Santa Margalida son los Ayuntamiento los que organizan y financian las procesiones de Semana Santa y por ello, con independencia del partido que gobierno, siempre acude algún representante del Ayuntamiento, ya que se considera un acto oficial.
En los últimos años la procesión del Jueves Santo se ha convertido en un referente en Mallorca y cada años acude más público para acompañar a los cofrades. Este año, además, al final de la procesión el cantante Tomeu Penya interpretó varias canciones en la parroquia, en presencia de numerosos feligreses.