La Asociación Granada Laica ha presentado una denuncia en la Delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Granada por las molestias que causa a vecinos del bajo Albaicín el sonido de las campanas del convento de Zafra, situado en la Carrera del Darro.
El primer repique de campanas está programado a las seis de la mañana para llamar a la oración. No sólo sirve de despertador a las monjas sino también a los vecinos más próximos al convento que ven alterado su sueño. Ahí radica el problema. Algunos residentes, molestos por el ruido del volteo de las campanas a la hora de su descanso, dirigieron sus quejas por escrito a la Delegación de Medio Ambiente, pero nunca recibieron respuesta a su reclamación.
Es por ello que optaron por contactar con Granada Laica, cuyo coordinador Manuel Navarro presentó el lunes una denuncia formal ante el mismo organismo oficial por entender que el repique de las campanas a esa hora temprana del día, con un “alto nivel de decibelios”, contraviene la Ordenanza de la Convivencia pues, a su modo de ver, “incumple la normativa sobre protección del medio físico”. La polémica la adelantó el diario Ideal y la denuncia parece que surtió efecto. Mano de Santo, que se dice en estos casos.
Manuel Navarro mantuvo un encuentro días atrás con el vicario del Arzobispado de Granada, quien se comprometió a tratar de mediar para resolver un problema del que ya le habían llegado quejas de particulares, según informa el coordinador de Granada Laica.
Esta misma mañana ha mantenido un encuentro cordial con la superiora del convento, María del Carmen Fernández, dispuesta a trasladar al resto de religiosas la propuesta de Granada Laica para que la primera llamada al rezo se haga de puertas para adentro, sin utilizar para ello las campanas. “La propuesta no le ha parecido mal. Es verdad que le habían llegado quejas de algunos vecinos pero ella ha tratado de disculparse explicándome que tan solo es una llamada a Dios para iniciar los rezos. La superiora ha estado muy atenta y se ha mostrado dispuesta a solucionar el problema”, explica Manuel Navarro.
Al fondo, el convento de Zafra, a pie del río Darro, un lugar transitado por turistas.
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