Respondiendo al artículo de Andrés Carmona sobre la prostitución , publicado en el Boletín de hoy día 3 de Enero, y teniendo en cuenta también los anteriores y publicados anteriormente , quiero manifestar mi opinión sobre este tema.
Estoy de acuerdo con Carmona en que las posiciones sobre la regulación de esta vieja institución no son privativas de la derecha puesto que hay también sectores dentro de la izquierda que apuestan por su legalización (o regulación, término más light) aunque mayoritariamente es el abolicionismo el más defendido .
Lo que no hace Andrés Carmona es analizar qué tipo de “trabajo” es este , qué escuela de desigualdad genera ,dado que quién decide es el hombre sobre el cuerpo de las mujeres, ya que ellas son una cosa que se adquiere por dinero, en los lugares más dispares, y cada vez por un precio más barato. Y cada vez son chicas más jóvenes.
Va camino de ser la segunda industria en el mundo asociada a hostelería, turismo, terapias alternativas y un largo etc que el neoliberalismo desarrolla cada día. Mano de obra muy barata y mujeres de todas las edades y de todos los países, el idioma es lo de menos porque son una cosa.
Pero A. Carmona no reflexiona sobre este “trabajo ”, tampoco sobre la división entre mujeres ya que las de clase bien o media no se dedicarán a putas , como mucho una minoría exquisita podrá montar un salón exclusivo.
La misma Cristina Garaizabal , que con frecuencia cita Carmona , trabaja de psicóloga , es decir que no está en la calle esperando el turno para irse con los puteros. Ella habla y escribe pero no está esperando al cliente.
Y hablando de datos , voy a ello.
ICV es una pequeña parte de IU , no toda . Que haya personas o incluso el grupo, que planteen regular la prostitución no son un aval de nada.
La posición de IU con respecto a la prostitución es la abolición, como se puede ver en este link junto con los demás partidos políticos http://www.huffingtonpost.es/2015/12/06/legalizar-prostitucion_n_8434262.html
“Desarrollar políticas encaminadas a la abolición de la prostitución, como forma extrema de violencia de género. Ejecutando políticas activas desde los municipios para erradicar todas aquellas licencias de actividad que tenga relación con la explotación sexual, así mismo con la difusión en los medios de comunicación local o de regulación por ordenanzas municipales, donde se pueda difundir publicidad de esa forma de violencia o donde se difunda una imagen discriminatoria o denigrante. No apoyaremos ninguna ordenanza que pretenda criminalizar o sancionar a las mujeres en situación de prostitución”.
La aludida señora Garaizabal no aporta datos, habla del 85% de mujeres que ejercen libremente la prostitución. Pero donde están esas fuentes , los datos fiables?
Este “trabajo” esta ejercido por mujeres vinculadas a las mafias y otras , ciertamente , pueden no estarlo y aquí es donde quiero dejar claro mi posición contraria a la que defiende Carmona: La relación de indignidad a la que se somete un ser humano cosificándose por dinero no es precisamente el tipo de sociedad al que aspiramos los laicistas si es que defendemos plenamente la igualdad para todos los seres humanos.
Es cierto que mucha gente vive hoy en la más absoluta alienación , por ejemplo trabajadores que siguen pensando que los conservadores y neoliberales de todo pelaje van a defender sus intereses .
En este caso algo tendremos que decir desde esos principios de igualdad y de lucha contra los privilegios de unos pocos y que no discriminen a ningún ser humano. A ver si por la LIBERTAD DE CONCIENCIA, tenemos que dar por bueno hasta las meras ocurrencias en cuanto a opciones individuales . Eso es el liberalismo, puro y duro.
Olvidamos con frecuencia que para que la libertad de conciencia pueda ser ejercida dignamente tiene que darse en una situación de derechos reales, que , no nos engañemos , solo disfrutamos una minoría de personas .Aproximadamente un 10% de los habitantes del planeta.
Tengo la sensación leyendo a Andrés Carmona que la libertad de conciencia es como una losa que todo lo puede llegar a justificar, más que una herramienta de reflexión crítica y que ayude a mejorar la sociedad contra la injusticia.
Es muy fácil desde nuestras cómodas casas escribir sobre personas que pertenecen a una categoría de mujeres a las que ninguna y ninguno de los que leen esto quisieran tener como hijas, ni amigas , ni familiares.
El feminismo no solo pretende la igualdad en esta sociedad patriarcal sino la transformación también de las relaciones entre los hombres y mujeres donde los seres humanos adquieran la dignidad sustraída , incluyendo a los varones , por supuesto.
RAQUEL ORTIZ PIÑERO
Coordinadora de Valencia Laica