La Iglesia promete darle más de un dolor de cabeza a Mauricio Macri cuando comiencen a debatirse los tres proyectos de Ley de Educación porteña, uno de los cuales es resistido a priori por «laicista» y prescindente de valores trascendentales.
La iniciativa puede provocar, además, fisuras en el futuro gabinete, ya que la vicejefa de Gobierno, Gabriela Michetti, "no coincide plenamente" -revelaron a DyN fuentes confiables- con el articulado de la norma que Mariano Narodowski, ministro electo de Educación porteño, se comprometió apoyar.
Michetti, de conocida afinidad con el cardenal Jorge Bergoglio, ya puso objeciones -trascendió- a la propuesta del coalicionista Enrique Olivera, y anticipó que sugerirá cambios. En tanto, desde la Iglesia se exige un debate "amplio y en profundidad", previo a sancionar una ley, sea cual sea el proyecto a considerar.
"Será indispensable que la nueva ley profundice y renueve el concepto de laicismo", dijo en una conferencia reciente el legislador y ex compañero de Elisa Carrió, fórmula que oportunamente -se dijo- "bendijo" el purpurado porteño.
Otras fuentes eclesiásticas consultadas por esta agencia explicaron que quienes piensan así confunden Estado laico, independencia de la influencia religiosa, con laicidad -cualidad institucional de estricta neutralidad con las confesiones religiosas- y hasta con laicismo, ideología que propugna una libertad no condicionada por ninguna religión.
La Iglesia también expresa preocupación ante el posible "avance monopólico" del Estado sobre espacios que corresponden a la familia y a las instituciones de la sociedad con capacidad de educar.
El proyecto Olivera plantea la obligación del Estado de asegurar "una laicidad renovada, la gratuidad y la obligatoriedad" tanto de la educación primaria como secundaria, y establece que le compete además garantizar una educación de calidad, aunque compartida con familias, docentes e instituciones educativas.
La iniciativa considera también que los contenidos en materia de educación sexual "deben ser explícitamente consensuados, mediante la participación de alumnos, padres y docente". Punto que al entender eclesiástico "forzaría" a los padres a dar su consentimiento.
Narodowski anticipó que el Gobierno macrista irá "a full con la educación sexual" y, si bien reconoció las objeciones de algunos sectores eclesiásticos, no sólo católicos, advirtió que se tomarán en cuenta "siempre y cuando no vayan en contra del derecho a la información y del derecho a la salud".
Pero desde la Vicaría Episcopal de Educación niegan tales presiones y aseguran que la Mesa Interreligiosa de Educación Sexual avanzó más que el Estado en la capacitación de sus docentes.
"Católicos, judíos, evangélicos y musulmanes ya tenemos mínimo un docente capacitado por escuela, mientras no ocurre lo mismo en las de gestión estatal", dijo a DyN José María del Corral, portavoz del organismo arzobispal.
Buenos Aires es uno de los distritos con mayor concentración de colegios confesionales.
Del Corral destacó en este sentido que "la Ciudad tiene una construcción religiosa en materia educativa muy fuerte, incluso con programa comunes. Un marco de integración que llama la atención y es consultado desde el exterior", sostuvo.
Tal el escollo político que los credos anticipan pondrán al gobierno de Macri, quien deberá afrontar además el embate de los trabajadores de la Educación que cuestionan la pretensión de un nuevo Estatuto Docente para el distrito.