Mientras unos protestaron en la Puerta del Sol contra el enorme gasto que supuso para el Estado invitar al pontífice en plena crisis, otros expresaron simpatía por Ratzinger. El desalojo de la plaza dejó un saldo de seis detenidos y once heridos.
Con consignas como “De mis impuestos, al Papa cero”, “Por un Estado laico, ya” o “Separación del poder civil del religioso”, un enjambre de manifestantes colmó las calles de Madrid para protestar por el gasto que genera la visita de Benedicto XVI. Cuando Joseph Ratzinger aterrice hoy al mediodía en el aeropuerto de Barajas encontrará una ciudad completamente blindada. Se espera que el megaoperativo policial despliegue a 10.000 agentes que seguirán el desarrollo de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, custodiarán al Sumo Pontífice por cielo y tierra y realizarán controles hasta en las alcantarillas. Mientras los organizadores calculan que el costo de las jornadas asciende a 50 millones de euros, quienes se oponen al evento señalan que el gasto duplica esa cifra y culpan al Estado por hacerse cargo del 50 por ciento. Ciento cincuenta organizaciones adhirieron religiosamente a la movilización, al calor del malhumor social que se incrementa a diario por el ajuste impulsado desde el gobierno de Zapatero. En Puerta del Sol hubo insultos entre seguidores del Papa y quienes se manifestaban en su contra. El desalojo de la plaza arrojó un saldo de seis detenidos y once heridos.