Un nuevo episodio de la violencia de carácter étnico y religioso que sacude el centro de Nigeria se cobró ayer la vida de ocho cristianos, que fueron asesinados a machetazos. Cuatro de las víctimas mortales eran miembros de la familia de un sacerdote cristiano. Los agresores también quemaron una iglesia en el Estado de Plateau, en una zona del país africano en la que centenares de personas fueron asesinadas en varios brotes de violencia religiosa este mismo año.
Los conflictos entre grupos cristianos y musulmanes en Nigeria, debidos sobre todo a disputas territoriales, se han cobrado la vida de más de 13.000 personas desde 1999, cuando el país salió de un largo periodo de gobiernos militares.
Las autoridades federales desplazaron el pasado mes de enero amplios contingentes de tropas al Estado de Plateau tras un recrudecimiento de la violencia. La presencia militar y la imposición de un toque de queda no fueron suficientes para detener nuevos brotes de violencia en la región, donde los musulmanes del norte se juntan con el sur predominantemente cristiano. Entre marzo y abril más de 500 personas fueron asesinadas.