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La religión ya no viaja en autobús

TMB rechaza una campaña de E-cristians contra el divorcio y el aborto

Se acabaron las polémicas a partir de anuncios en los autobuses de Barcelona. La empresa Promedios, que explota en exclusiva la publicidad en este medio de transporte, ha decidido dejar fuera cualquier tipo de anuncio que pueda provocar "controversia social". La primera afectada ha sido una campaña promovida por el grupo religioso ultracatólico E-cristians contra el divorcio y el aborto. Josep Miró i Ardèvol, dirigente de este colectivo, denunció ayer la "censura", que tiene el respaldo de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), presidida por la concejal socialista Assumpta Escarp. Además anunció que hablará con los grupos políticos de la oposición para que lleven al pleno municipal una normativa que considera totalmente inaceptable.

Un portavoz de Promedios reconoció que se había decidido vetar la campaña de E-cristians y también cualquier otra que origine "controversia social". La decisión, que fue tomada hace dos meses, afecta tanto a la campaña de E-cristians como a las que promovieron en su día agrupaciones de ateos que negaban la existencia de Dios o creyentes que decían no dudar de ello, que hoy no serían aceptadas. "Los autobuses no están para provocar polémicas sociales, sino para campañas comerciales", señaló el portavoz.

Pero a E-cristians, Promedios le ha dicho más. Amparándose en el Protocolo para la utilización de soportes publicitarios de TMB, señala que rechaza la campaña por varias razones. Para empezar, entiende que busca "la utilización" de sus "soportes publicitarios como instrumentos para promover debate social" y que ni para la polémica ni para los contenidos son los autobuses el soporte más adecuado".

Además, estos anunciantes suponen "escasa rentabilidad económica, ya que generalmente la contratación se limita a un reducido número de soportes". Miró i Ardèvol expresó ayer su perplejidad ante el hecho de que se discrimine a un anunciante porque sea pequeño, con lo que se da la impresión -que la vista de la publicidad en los autobuses desmiente- de que sólo las grandes corporaciones tienen derecho a utilizar este medio publicitario.El anuncio que pretendía mostrar E-cristians reproduce la imagen de dos jóvenes y señala que se han amado pero ahora han roto por diversos problemas, al tiempo que les invita a reflexionar bajo el lema Mucho en común y les ofrece una dirección electrónica donde aprenderán a superar sus problemas. No lo cita de modo expreso, pero alude al divorcio y al aborto.

La empresa señala que en adelante piensa aceptar sólo las campañas comerciales, aunque admitirá también los anuncios que quieran exhibir las instituciones, como el Ayuntamiento de Barcelona, o los partidos políticos. Citando el protocolo que rige la publicidad, Promedios aceptará "campañas de anunciantes comerciales respeto a productos y servicios de consumo". Miró i Ardèvol señala lo que, en su opinión, es una evidente contradicción: "Se acepta la promoción del consumo puro y duro, pero no el debate de ideas". Respecto a que TMB sí admita los anuncios institucionales, el líder de E-cristians señala que da la impresión de que se pretende una "publicidad unidireccional, como si sólo el poder político tuviera derecho a difundir sus mensajes".

Miró sostiene que tras la negativa a los anuncios de su grupo religioso está el Ayuntamiento de Barcelona. Sus responsables, consultados, declinaron hacer comentarios, más allá de señalar que las decisiones sobre las actividades comerciales de TMB corresponden en exclusiva a la dirección de Transportes Metropolitanos. Aunque dirigida por una concejal del Ayuntamiento de Barcelona, "TMB no es una empresa municipal", señaló un portavoz del Consistorio. Un portavoz de TMB señaló que conocen la polémica, pero que dan pleno respaldo a la empresa que gestiona la publicidad en los autobuses.

La campaña rechazada en Barcelona ha sido asumida sin problemas por la empresa de transportes de Madrid. Allí, un único autobús de la línea 127 lleva el anuncio desde el pasado día 23 de noviembre y lo seguirá llevando hasta el 23 de diciembre, explicó Miró i Ardèvol.

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