Los alumnos que cursan Religión en centros públicos caen del 74 al 52% desde el año 2000
Durante el curso 2014-2015, más de 11.000 de los 23.000 estudiantes de la red pública descartó matricularse de la materia
Hace años, cuando en los colegios públicos aún había crucifijos en las aulas, cuando en algún que otro pasillo se dejaba ver la imagen de virgen o el santo de turno, y cuando Educación Infantil era parvulitos y primaria era ‘la EGB’, todas las miradas se clavaban en el alumno que, cuando llegaba la hora de Religión, abandonaba el aula. «Es que hace Ética», era la respuesta que, con cierta carga peyorativa, recibían los más preguntones. Aquel estudiante era la excepción de una norma que, décadas después, está a punto de invertir su formulación y convertir en minoría al alumno que se matricula en Religión. En el curso 2014-2015 casi la mitad de los estudiantes de Primaria, Secundaria y Bachillerato de los centros públicos de La Rioja descartaron cursar esa materia.
Los datos estadísticos del Ministerio de Educación evidencian la progresiva laicidad de los estudiantes riojanos. Es una realidad que afecta a todo el sistema educativo y que encuentra su explicación en la red pública. La radiografía global (teniendo en cuanta centros públicos y concertados) dice que en el curso 2014-2015 -última actualización de datos ofrecida Educación- el 67% de los estudiantes de Primaria, ESO y Bachillerato cursaban religión. De los 35.261 estudiantes matriculados, 23.617 eligieron la materia.
Quince puntos menos
Esa caída de 15 puntos porcentuales se cimienta en los centros públicos. Durante el curso 1999-2000, la red pública contaba con un total de 20.304 estudiantes matriculados de los que algo más de 15.000 cursaron la materia de Religión, es decir, el 73,9%. En el último curso registrado por el Ministerio había más alumnos (23.310) y menos matriculados en la asignatura (12.232). Es decir, sólo el 52,5% del total compraba los libros de Religión.
¿Y en la concertada? «Es como matricular a un hijo en un colegio inglés y decir que lo quieres es que estudie francés», dice gráficamente, Ramón Iceta, de la Federación de Escuelas Católicas, que reconoce que los padres ya saben a dónde van y que, salvo casos muy concretos, rara vez se oferta la materia alternativa. Las estadísticas lo confirman… aunque también se detecta cierta ‘laicidad’: la unanimidad del curso 1999-2000 (99,7% de estudiantes matriculados en Religión) se ha convertido en un 95%. Es decir, en el 2014 hubo unos 600 alumnos que, pese a elegir un colegio católico, evitaron la asignatura.
Primaria y Secundaria
Por niveles educativos, el mayor descenso se registra en Educación Primaria. Si el 94% de los alumnos del año 1999 estudiaron Religión, en el 2014 eligieron la materia el 75,8%. En la red pública ha sido mucho más intenso al pasar del 91,1 por ciento al 64,7. En Secundaria, en la red pública, ya son mayoría [desde hace una década] los alumnos que no estudian Religión. Durante el curso 2014-2015 la materia solo convenció al 41,3% de los estudiantes. En el conjunto de la Secundaria riojana eran el 60,3%.
¿Y en Bachillerato? La tendencia es similar… pero con un pero. Falta comprobar el efecto de la LOMCE. La norma vino a equiparar Religión con el resto de materias, con lo que, a la hora de calcular la nota media contaba como cualquier otra. Eso despertó ‘vocaciones’ en buena parte del país que, en el caso de La Rioja aún no recoge la estadística. El último dato (curso 14/15) apunta que estudiaban religión el 43,4% de los matriculados en Bachillerato. En los centros concertados, lo hacía el 100% de los alumnos; en los públicos, el 28,7%.
«La asignatura de Religión es una anomalía en la educación»
Eduardo Rojas Presidente de FAPA Rioja
La visión más crítica con la asignatura de Religión llega desde FAPA Rioja. Eduardo Rojas, su presidente, considera que «es una anomalía dentro de nuestro sistema educativo». No solo la católica, todas las religiones: «No tiene sentido la asignatura de Religión como doctrina. Se tendría que impartir en iglesias, mezquitas y sinagogas». «Que cada familia haga lo que quiera, pero nosotros aconsejamos que, si tienen la opción de una alternativa, que la elijan», dice Rojas antes de explicar que «compite con reglas desiguales respecto a otras materias». Por un lado, argumenta, porque «los profesores los designa la Conferencia Episcopal» y después porque «con que haya un alumno que quiera estudiar Religión es suficiente. Ese ratio no se aplica con optativas como Griego, Francés, Dibujo Técnico…». En cualquier caso, completa, «no nos parece el aspecto más importante de la educación». «Es una asignatura en la que la gente se matricula por la posible nota más alta y porque conlleva una mayor facilidad que otras materias».