La Red Laicista Europea denuncia enérgicamente la decisión de la Corte Suprema de EE. UU. de anular Roe v. Wade, poniendo fin al derecho federal al aborto. Tan pronto como se anunció esta escandalosa decisión, varios estados tomaron medidas para prohibir completamente el aborto o restringirlo severamente.
Esta decisión es un grave atentado al derecho de las mujeres a controlar su propio cuerpo y al principio de no discriminación contra ellas. Este es un paso atrás sin precedentes, a pesar de que el derecho al aborto ha sido reconocido en el derecho internacional y ha sido adoptado en varios países en los últimos años (Irlanda, Argentina, etc.).
Además del aborto, la Corte Suprema está amenazando otros derechos reconocidos por la Constitución de los EE. UU., incluido el acceso a la anticoncepción y el matrimonio entre personas del mismo sexo, e incluso los estados individuales podrían volver a introducir o reforzar las «leyes contra la sodomía».
Desde hace muchos años, el movimiento laicista viene advirtiendo sobre las graves amenazas a los derechos fundamentales provocadas por el auge del conservadurismo y fundamentalismo religioso. La decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos es el resultado de una estrategia sistemática de infiltración en las instituciones judiciales por parte de organizaciones fundamentalistas cristianas militantes, con la ayuda de políticos autoritarios.
Este fenómeno no se limita a los Estados Unidos. Estas organizaciones están bien establecidas en Europa. Ya han logrado resultados aquí, utilizando métodos similares. En Polonia, el acceso al aborto ha sido drásticamente reducido por la Corte Constitucional, que está dominada por jueces nombrados irregularmente por el gobierno nacional-conservador, bajo la presión de organizaciones fundamentalistas y la jerarquía católica.
Los fundamentalistas imponen su ideología retrógrada en la sociedad pasando por alto a las autoridades elegidas democráticamente, porque saben que los ciudadanos se oponen abrumadoramente a ella.
Ante estas amenazas, es urgente movilizarse para que el derecho al aborto sea efectivamente garantizado en la Unión Europea. Este derecho se deriva de sus principios fundacionales, como la igualdad entre hombres y mujeres.
