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Las manifestaciones cobraron notoriedad hace meses cuando, durante enero pasado, Rasmus Paludan, un dirigente de extrema derecha radical, quemó un ejemplar del Corán delante de la embajada turca en Estocolmo para protestar contra el gobierno de Recep Tayyip Erdogan.
En Suecia, arde un Corán prácticamente a diario y el gobierno parece no tener la menor idea de cómo evitarlo: ¿qué está pasando con el islam en Europa?
En Suecia, existen amplias leyes respecto de la libertad de expresión desde 1766, pero surge una pregunta respecto de cuáles son sus límites. Este es el debate que se está dando no sólo allí, sino en gran parte de Europa. Durante la primavera sueca, la policía prohibió varias convocatorias que tenían como objetivo la quema en la vía pública del libro más sagrado para el islam, pero a finales del mes de junio, un tribunal finalmente autorizó una quema. Nada más y nada menos que frente a la mezquita de Estocolmo, la principal de los musulmanes suecos. ¿Qué pasa cuando, con esa “libertad”, se ofenden las creencias más profundas de miles de millones de personas gratuitamente? ¿Es un ejercicio legítimo de esa “libertad” quemar un texto sagrado para tanta gente?