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La primera dimisión en la iglesia francesa tras el Informe Sauvé no tiene que ver con la pederastia sino con una mujer

«Por una aventura con una mujer, un arzobispo dimite en tres días. Y por los delitos cometidos contra los niños, ningún obispo ha dimitido en Francia». La teóloga Anne Soupa, que hace un año se postuló para suceder al cardenal Barbarin en la diócesis de Lyon, pone voz a la indignación de buena parte de la sociedad francesa ante los escándalos que últimamente sacuden a la Iglesia del país. Así, tras la publicación del Informe Sauvé, que apunta a la existencia de 330.000 casos de abusos a menores en ambientes católicos en los últimos 80 años, se ha sumado la renuncia del arzobispo de París, Michel Aupetit, después de que una publicación sacase a la luz una relación «ambigua» (tal y como él mismo la ha definido) con una mujer. Aupetit ha tardado horas en poner su cargo a disposición del papa Francisco, que aún no ha decidido si lo acepta o no.

¿Un nuevo caso Novell en la Iglesia francesa? Al parecer, no tiene mucho que ver. Según publica Le Point, el primado francés, de 70 años, envió en la primavera de 2012 un correo electrónico a su secretaria, que iba dirigido a otra mujer. En el mismo, se desvelaba la existencia de una «relación íntima» del prelado. Al parecer, el propio Aupetit, tras romper la «relación ambigua» había informado a la cúpula de la Iglesia francesa y al nuncio del Papa en París, que ordenaron una investigación. Nada se hizo público, y Aupetit continuó en su puesto, lo que permite deducir que el prelado fue absuelto de cualquier delito canónico (la relación, de haberla, era consentida, y no tenía objeción legal alguna).

Niega una relación sexual

Tras la publicación de Le Point, Aupetit explicó su situación. «Cuando era vicario general, una mujer se manifestó ante mí varias veces con visitas y cartas, a tal punto que a veces debí poner distancia entre nosotros». El hoy arzobispo reconoció que su comportamiento «pueda haber sido ambiguo», dejando entender «la existencia entre nosotros de una relación íntima y de relaciones sexuales, algo que niego con fuerza».

«No se trataba de una relación amorosa, ni sexual, sino de un comportamiento ambiguo con una persona», añadió en declaraciones a La Croix, apuntando que ponía su cargo a disposición del Papa para «evitar la división» en la Iglesia ante el escándalo. Una dimisión que critican algunos sectores de la Iglesia francesa, que acusan al clero de doble moral por no hacer lo propio en el caso de los abusos sexuales. De hecho, las asociaciones de víctimas de abusos en Francia instaron a los obispos del país a dimitir en pleno tras la publicación del informe Sauvé.

El celibato, un martirio

Para la teóloga Anne Soupa, en cambio, el problema está generado por el temor al sexo en la institución eclesiástica. «El celibato es un martirio para algunos sacerdotes», señaló la teóloga, insistiendo en que «las encuestas muestran que los católicos están a favor del celibato opcional para los sacerdotes».

Pero, fundamentalmente, el ‘caso Aupetit’ pone de manifiesto «una desproporción que me molesta mucho». «Es indispensable un ‘aggiornamento’ en la Iglesia, se necesita sangre nueva», propone la teóloga, que admite que el papa Francisco «tiene dificultades» para modificar la norma celibataria. «Hay una corriente muy rígida de cardenales y obispos apegados a cuestiones de moral y que bloquean los desarrollos sobre este tema», finalizó. En esto, como en otras cosas, la última palabra la tiene Bergoglio.

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