La Agencia Central para la Recepción de Solicitantes de Asilo recomienda no permitir a los menores asilados que se acerquen a una iglesia de Rotterdam
Las malas noticias sobre refugiados y abusos sexuales llegaron ayer a las portadas de los medios holandeses, pero esta vez con un enfoque diferente al del resto de Europa. Según adelantó el diario ‘Reformatorisch Dagblad‘, la Agencia Central para la Recepción de Solicitantes de Asilo (COA) ha cursado unarecomendación a los demandantes de asilo en Holanda para que no permitan que los menores de edad se acerquen a la Iglesia Ortodoxa Tewahedo Eritrea de Rotterdam, ante las presuntas evidencias de un abuso sexual masivo.
La COA, tras recibir numerosas denuncias de jóvenes, familiares y gente próxima a la comunidad eritrea de la ciudad, considera el lugar de máximo riesgo. El diario habla de hasta 22 mujeres menores de 18 años que podrían haber quedadoembarazadas, sin especificar ni el rango de tiempo en el que podría haber sucedido ni la identidad o detalles de las presuntas víctimas. La propia Agencia no ha confirmado oficialmente ninguna cifra y la Policía tampoco.
Según un portavoz de la COA, citado por medios locales, las pruebas son sólidas.»Hemos recibido información por parte del personal de la Iglesia, de la agencia de refugiados Vluchtelingenwerk y de la agencia de protección Nidos. Los menores refugiados son un grupo extremadamente vulnerable. Hemos informado a la policía y a los expertos en tráfico humano. Recomendamos a las chicas que no acudan a los servicios religiosos y sus custodios legales tienen la potestad de impedírselo».
El RG recoge también el testimonio de un portavoz de la Iglesia, Teklit Girmazion, que se declaró «en shock por las acusaciones» y que asegura que «el centro no permite que los visitantes pasen la noche en sus instalaciones». Girmazion reconoce que en sus instalaciones en la ciudad residen y duermen menores de edad con familiares, pero aseguró no tener prueba alguna de que se hayan cometido abusos.
El caso holandés, por lo que se sabe hasta el momento, sería completamente diferente al de Suecia o Alemania, aunque los datos son todavía muy pocos. Los medios holandeses describen un caso de presuntos abusos sexuales en el seno de una comunidad pequeña y concentrada, con muchos refugiados eso sí. Algunos recién llegados al país y otros asentados desde hace años o décadas.
No hay evidencias, hasta ahora, de que las autoridades hubieran tenido conocimiento de alguna irregularidad y hubieran decidido guardar silencio. Las fuerzas políticas de la ciudad han instado a las autoridades policiales a llevar a cabo una investigación en profundidad y han prometido discutir sobre el tema esta misma semana en el consistorio.
La policía, en fase preliminar, ha asegurado que el caso podría ser complicado, ya que no «estiman inverosímil que eritreos de todo el país acudan a los servicios» de la Iglesia en momentos puntuales.