Decenas de agentes equipados con material antidisturbios dispersaron prácticamente al completo la calle donde se encuentra el Parlamento de Canadá, en una operación polémica en la que utilizaron gas pimienta y porras.
La Policía de Ottawa dispersó este sábado buena parte de la protesta antivacunas que se había atrincherado en el centro de la capital, en una operación que generó polémica por el uso de gas pimienta y porras contra los manifestantes.
Decenas de agentes equipados con material antidisturbios consiguieron despejar casi toda la calle Wellington, donde se encuentra el Parlamento de Canadá, que desde hace tres semanas era el núcleo de las protestas de camioneros antivacunas.
«Hoy hemos hecho avances muy importantes a la hora de eliminar esta protesta ilegal de nuestras calles», dijo en una rueda de prensa el jefe de Policía interino de Ottawa, Steve Bell.
El responsable policial matizó que la operación «no ha acabado», pero no quiso dar detalles sobre los próximos pasos que darán los agentes, más allá de decir que todavía no se han alcanzado «todos los objetivos».
La Policía de Ottawa precisó después en su cuenta de Twitter que ya se han ido «todos los camiones que estaban al sur de la calle Queen», situada a dos cuadras al sur del Parlamento, lo que apunta a que el perímetro donde todavía hay manifestantes es reducido.
Según la cadena de televisión CBC, la zona que está enfrente del Parlamento, donde los manifestantes habían aparcado sus camiones e instalado tiendas de campaña, estaba despejada la tarde de este sábado, y la Policía habría empujado a muchos de los antivacunas hacia el sur.
La Policía, que se armó con porras por primera vez este sábado, confirmó que había usado gas pimienta para dispersar a algunos manifestantes, después de que la televisión mostrara imágenes de personas frotándose los ojos con la nieve que cubría la calle.
«Los agentes usaron un irritante químico, también conocido como gas pimienta, para dispersar a manifestantes que estaban resistiéndose de forma ilegal a las órdenes de la Policía», afirmó Bell en la rueda de prensa.
La Policía justificó esa medida con el argumento de que algunos manifestantes habían sido «agresivos» con los agentes, y que uno de ellos les había «lanzado un cartucho con gas».
Algunos de los detenidos «llevaban chalecos antibalas, tenían granadas de humo y artefactos de pirotecnia misceláneos en sus bolsas», aseguró en un tuit la Policía.
Uno de los grupos organizadores de la protesta antivacunas, Freedom Convoy, tachó de «brutales» las acciones de la Policía e indicó en un comunicado que habían pedido a sus camioneros que abandonaran la zona del Parlamento.
Bell aseguró que quien crea que la Policía se ha excedido en el uso de la fuerza puede presentar una queja y ésta será investigada, pero subrayó que los agentes llevan días «implorando» a los manifestantes que abandonen la zona por su propio pie. «Esta ocupación se ha acabado. Si no se van a casa, les echaremos de las calles», advirtió.
La Policía actuó en virtud de la Ley de Emergencias, activada el lunes por el primer ministro Justin Trudeau y que concede al Gobierno poderes extraordinarios para acabar con las protestas, que llegaron a afectar al comercio con Estados Unidos al bloquear cruces fronterizos.
Esa ley permite a las autoridades incautar los camiones de la protesta y procesar a quienes hayan viajado a la capital para sumarse al bloqueo, así como imponer multas y quitar las licencias de conducir a los antivacunas.