En la puerta de Filosofía y Letras, frente a San Pedro de Alcántara. Ayer, no había mejor sitio para entrevistar a Rodríguez-Pantoja a la espera de la llegada desde Sevilla de la obra de Juan Manuel Miñarro, la única talla del mundo de un cristo basada en la Sábana Santa y aplicando los últimos conocimientos de la medicina forense.
–Seguros, embalaje de seguridad, transporte especial, permisos… No sabía que el traslado de una imagen era tan complejo.
–Yo he podido comprobar lo complicado que es el traslado de obras de arte al organizar alguna exposición. Son objetos sumamente delicados, con un valor que nunca es el facial. Porque todo tiene un precio, pero aquí está clarísimo lo que dice Machado: "Una cosa es el valor, y otra es el precio". Ahora mismo, la obra de Miñarro no vale lo que ha costado. Vale mucho más. Son horas incontables de trabajo y de saber. Miñarro lleva estudiando la Sábana Santa entre ocho y diez años y en la obra ha aplicado todos sus conocimientos, primero como experto en sindonología y, segundo, sus conocimientos como artista.
–De hecho, la obra también tiene ya un valor para la propia ciudad. La expectación en el mundo cofrade es tremenda. –Lo que tiene más importancia es que es el primer cristo sindónico que se hace en el mundo. No en Córdoba, en Sevilla o en Valladolid… En el mundo. Nadie ha hecho hasta hora un cristo que reproduce exactamente lo que se deduce de la Sábana Santa. Y como dijo Miñarro públicamente, no piensa repetir el proyecto, como todo buen artista. Así que por ahora será el único de su género.
–Y el único cristo científico , si se permite la expresión.
–Claro. Pero eso está en los estatutos de nuestra hermandad, en los que entre sus objetivos dice, literalmente, "fomentar el diálogo entre fe y cultura", y la quintaesencia de ese diálogo es este cristo. Por un lado está la fe y, por el otro, la ciencia para que esa imagen sea lo más parecido a lo que pudo ver alguien que pasara por el Gólgota media hora después de muerto Jesús. Por el estudio de Miñarro han pasado muchos especialistas y todo ha sido supervisado por médicos. Hasta la distorsión de los miembros por la crucifixión. Incluso, se ha cuidado el madero transversal que llevó, que es cuadrado, mientras el fuste, que estaba en el Gólgota, era cilíndrico. Otro ejemplo: el título está escrito al revés en latín y griego, por costumbre hebrea, y tiene falta de ortografía a propósito… Todo está estudiado.
–La obra ha abierto en Córdoba este año todo un debate sobre la iconografía sagrada.
–Yo entiendo que haya gente que no le guste. Pero es que esto no es para gustar. La pasión de Cristo no es algo estético, todo lo contrario. Es una persona que ha sido torturada hasta la muerte. Hay un sufrimiento total. Se puede hacer un símbolo, como en el románico (eran cristos vestidos, con la mirada deshumanizada) o tomar este otro extremo, recogiendo el sufrimiento de Cristo. De todas manera, Miñarro ha conseguido que la cara de este cristo refleje el sufrimiento, pero mantenga toda la dulzura y una majestad especial. Es una imagen que, a quien la mire sin prejuicio, le tiene que causar impacto. Sé que choca con la tradición de dulcificar, de que no haya mucha sangre… pero este cristo resalta lo humano. Es una lección de historia.
–Mañana –por hoy– abrirán la iglesia por la tarde para que todo interesado conozca la talla, pero ¿cuándo se verá la imagen haciendo estación de penitencia en Semana Santa?
–Si Dios quiere, el próximo año. Debería de haber unos poquitos hermanos más, pero queremos salir en el 2011.
–¿Y qué día?
–Ahí lo tengo claro: lo que diga la Agrupación.
–¿La Madrugá?
–En principio no tenemos una prioridad. Habrá que estudiarlo, habrá que tratarlo… En principio, estamos abiertos a todo. Yo llevaré una o varias propuestas, pero no decido nada… Aún queda tiempo. Lo primero, es el número de hermanos y el carácter universitario parece que retrae un poco. También el carácter serio no le va a todo el mundo y, además, estamos en un barrio poco poblado.
–Pero la presentación del cristo servirá de reclamo para atraer futuros hermanos, ¿no?
–Esperemos. Se van apuntando poquito a poco. Quizás en un par de años o tres esto haya cambiado totalmente.