La alta comisionada para los derechos humanos, Michelle Bachelet, lamentó hoy que la Justicia rusa haya condenado a seis años de prisión a un danés seguidor de los Testigos de Jehová, culto que fue prohibido en 2017 en este país, y denunció que hay procesos abiertos contra un centenar de sus miembros.
Dennis Christensen, nacional de Dinamarca, fue detenido en mayo de 2017, un mes después de que la Corte Suprema de Rusia declarara a los Testigos de Jehová como una «organización extremista» y prohibiese sus actividades.
«Desde entonces, se han abierto procedimientos penales contra más de cien Testigos de Jehová, incluyendo a 18 que están en detención preventiva. Otros han sido sometidos a otras medidas como arrestos domiciliarios o restricciones de viaje», reveló Bachelet.
La Fiscalía rusa acusó a Christensen de haber continuado organizando colectas para su organización, distribuyendo literatura religiosa y atrayendo nuevos fieles a pesar de la prohibición impuesta a su grupo.
Según el organismo de derechos humanos de la ONU, la drástica sentencia contra el ciudadano danés «crea un peligroso precedente» y criminaliza el derecho a la libertad de religión y creencia para los Testigos de Jehová, incumpliendo las obligaciones de Rusia en tratados internacionales.
«Pedimos al Gobierno ruso que revise la Ley Federal sobre el Combate de Actividades Extremistas para que se clarifique lo que actualmente es una definición vaga y muy amplia de actividad extremista», dijo Bachelet mediante una declaración por escrito.
Agregó que debe quedar claro que el extremismo incorpora elementos de violencia y odio.
Asimismo, pidió que las autoridades retiren los cargos y liberen a aquellos detenidos por el hecho de practicar su religión, expresar sus opiniones o reunirse pacíficamente.