Las ejecuciones en lugares públicos han llegado a convertirse en un “espectáculo habitual” los viernes en las zonas controladas por los yihadistas
Un grupo de investigadores de la ONU ha constatado que el Gobierno sirio y la milicia suní Estado Islámico han cometido crímenes de guerra y contra la humanidad en el marco de sus combates, según un informe conocido este miércoles y que da cuenta de la "brutalidad" del conflicto.
En el caso del régimen de Bashar al Assad, Naciones Unidas denuncia el lanzamiento en zonas civiles de barriles bomba, dentro de los cuales habría llegado a introducir en al menos ocho ocasiones agentes químicos. Según el informe, de 45 páginas, se trata de ataques cometidos en abril en los que probablemente se utilizó cloro.
Asimismo, los investigadores también han advertido del aumento de las muertes bajo custodia en cárceles del Gobierno sirio. Los análisis de casi 27.000 fotografías supuestamente tomadas en centros gubernamentales entre 2011 y 2013 ponen de manifiesto "torturas sistemáticas y muertes de detenidos".
"Las treguas forzadas, una marca en la estrategia de asedio y bombardeo del Gobierno, derivan con frecuencia en arrestos masivos de hombres en edad de combate, muchos de los cuales desaparecen", recoge el informe.
Por su parte, las fuerzas de Estado Islámico, que han logrado captar a experimentados y motivados combatientes extranjeros, han llevado a cabo una campaña de miedo en la zona norte que incluye amputaciones, ejecuciones públicas y latigazos y que ha forzado a miles de personas a abandonar sus hogares.
Las ejecuciones en lugares públicos han llegado a convertirse en un "espectáculo habitual" los viernes en Raqqa y en las zonas de la región de Alepo controladas por Estado Islámico.
Los niños están también presentes en estas ejecuciones, perpetradas mediante "decapitación" o "fusilamiento". Los cuerpos, además, quedan "hasta tres días" exhibidos como "advertencia" para la población local, a menudo crucificados.
El responsable de la comisión de investigación, Paulo Pinheiro, ha subrayado en un comunicado que Estado Islámico representa "un peligro claro y presente para los civiles, particularmente para las minorías", en las zonas bajo su control.
Pinheiro ha afirmado en rueda de prensa que, "entre las averiguaciones más importantes del informe", destaca la presencia de niños en "grandes campos de entrenamiento". Serían menores de edad de incluso 14 años "reclutados y entrenados para combatir en las filas de Estado Islámico junto a adultos".
El investigador ha pedido a Estados Unidos que tenga en cuenta la presencia de estos menores antes de lanzar cualquier bombardeo sobre posiciones de la milicia en la frontera entre Irak y Siria. En este sentido, ha subrayado la necesidad de respetar en todo momento "las leyes de la guerra" que protegen a los menores.
"La violencia ha traspasado las fronteras de Siria, con un extremismo que ha encendido la brutalidad del conflicto", han dicho los expertos en su informe, dado a conocer en Ginebra.
Se trata de la octava comisión de investigación conformada desde el inicio del conflicto, hace tres años y medio, y cuenta con el aval de 480 entrevistas y documentación recogida sobre el terreno que podría servir como prueba en caso de investigaciones judiciales.
La comisión, de la que también forma parte la antigua fiscal Carla del Ponte, ha redactado cuatro listas confidenciales de sospechosos susceptibles de rendir cuentas ante la Justicia internacional. Los expertos han reiterado su llamamiento al Consejo de Seguridad de la ONU para que remita el caso al Tribunal Penal Internacional (TPI).
Pinheiro ha indicado que "la rendición de cuentas debe ser parte de cualquier resolución futura" del conflicto, en el que ya han muerto alrededor de 200.000 personas.
Campo de refugiados de Bab-el-Salama, en Siria. MATTHIEU DELMAS
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