Los máximos dirigentes catalanes, ya sean de derechas o izquierdas, están unidos por un invisible hilo: todos son católicos practicantes, siguiendo el camino marcado en su día por el expresident Jordi Pujol, gran devoto
¿Qué tienen en común Salvador Illa, Oriol Junqueras, Carles Puigdemont, el presidente del Parlament catalán, Josep Rull, el exconseller de Interior Joan Ignasi Elena, o Ignacio Garriga, líder de Vox en la comunidad? Que son católicos practicantes. Todos llevan su práctica religiosa con regularidad. Ya lo hacían Jordi Pujol y Artur Mas. Ni que decir tiene que la cúpula de UDC, por su propia condición de democristiana, estaba imbuida del sentimiento religioso (un ex de Unió, Ramon Espadaler, es hoy consejero de Justicia con Salvador Illa), pero la concepción de misa dominical parecía quedar lejos de otros líderes políticos. Sin embargo, hay un hilo invisible, religioso, que une a casi todos los principales dirigentes políticos catalanes en cuyas manos está, en este momento, la gobernabilidad de la comunidad.