¿Sabías que la masonería española no estuvo detrás de la Revolución de 1868, el Desastre Colonial ni el fin de la Dictadura de Primo de Rivera? En esta entrevista, Eduardo Montagut, autor de “Historia de la masonería en España” (Pinolia), nos revela estos y otros mitos sobre su influencia en la historia de España.
En el vasto y complejo entramado de la historia española, la masonería ha jugado un papel crucial y, a menudo, enigmático. Desde el Sexenio Revolucionario hasta la Segunda República, esta orden secreta ha influido en la política, la sociedad y la cultura del país. Para desentrañar estos misterios, hemos tenido el privilegio de entrevistar a Eduardo Montagut, autor del libro “Historia de la masonería en España: Del Sexenio Revolucionario a la Segunda República (1868-1936)”.
Eduardo Montagut, doctor en Historia Moderna y Contemporánea y profesor de Geografía e Historia en la Comunidad de Madrid, nos ofrece en su obra un análisis exhaustivo y riguroso de la evolución de la masonería en España. Su libro, publicado recientemente por Pinolia, no solo se centra en los eventos históricos, sino que también explora los rituales, el simbolismo y la estructura interna de esta orden. Montagut, que además es maestro masón, combina su conocimiento académico con una narrativa accesible y divulgativa, haciendo que los complejos entramados de la masonería sean comprensibles para todos los lectores.
La masonería, a menudo envuelta en mitos y leyendas, es desmitificada en este ensayo a través de un enfoque detallado y bien documentado. Montagut destaca los hitos más relevantes y los personajes más influyentes que han marcado el devenir de la masonería en España. Desde su surgimiento en el contexto de las convulsiones políticas del siglo XIX hasta su consolidación y las constantes persecuciones que enfrentaron sus miembros, el autor nos guía a través de un viaje fascinante por la historia de esta orden.
Pregunta. ¿Cómo influyó la masonería en los principales eventos políticos en España entre el Sexenio Democrático y la Segunda República?
Respuesta. La Masonería española no fue determinante en el desarrollo de los acontecimientos políticos españoles en la época que estudiamos en el libro, a pesar de los intentos de demostrar lo contrario, protagonizados por los sectores más integristas y reaccionarios de la política española, con un acusado antimasonismo, y que iría creciendo hasta el paroxismo en la Guerra Civil y en la posterior dictadura, que se encargó de demonizar, como en pocos países occidentales ha ocurrido, a los masones. La masonería no estuvo detrás ni de la Revolución de 1868, ni del Desastre Colonial, ni del fin de la Dictadura de Primo de Rivera, ni tan siquiera de la llegada de las dos Repúblicas, porque, además, nunca estuvo muy unida ni pudo ser potente como organización. Eso no quiere decir que las ideas de la masonería no formaran parte de una heterogénea corriente de pensamiento, social y política favorable a la separación de la Iglesia del Estado, defensora del librepensamiento, del fomento de la educación y la cultura, de la democratización del Estado liberal, del regeneracionismo, de la imbricación del país en Europa, y hasta de algunos aspectos relacionados con la emancipación de la mujer y de la cuestión social. En todo caso, algunos de los más destacados políticos liberales, republicanos, catalanistas y socialistas, así como importantes anarquistas, eso sí, fuera de la política, fueron masones, y algunos muy activos dentro de la orden, pero, como vemos, con distintas formas de entender la política, la sociedad y hasta la economía, así como lo que tenía que ser España. Nunca funcionaron como un grupo de presión, o como un lobby en lenguaje actual.
La cuestión política siempre generó controversia en el seno de las principales obediencias porque hubo masones que querían más implicación de las mismas en los asuntos del país, frente a otros que consideraban que las logias masónicas debían verse libres de estas disputas porque podían romper el principio masónico de la fraternidad y hasta de la tolerancia.
“La masonería no estuvo detrás ni de la Revolución de 1868, ni del Desastre Colonial, ni del fin de la Dictadura de Primo de Rivera, ni tan siquiera de la llegada de las dos Repúblicas”.
P. ¿Qué desafíos encontró al definir la masonería en su libro, considerando las diversas teorías y percepciones históricas?
R. A pesar de la diversidad de concepciones sobre lo que es la Masonería existe un cierto consenso sobre algunos principios fundamentales de la misma, sin olvidar que cada masón tiene su propia interpretación o defiende matices distintos, algo consustancial a la propia naturaleza masónica. Por otro lado, este libro intenta, aunque sea de forma divulgativa, demostrar que la Masonería no fue ni antiespañola ni antirreligiosa, aunque fuera extremadamente crítica con la Iglesia Católica y con los sectores más intolerantes y reaccionarios de la vida española. Además, aunque no manifestara esas críticas, por el simple hecho de existir y defender valores como los de la libertad, la igualdad y la fraternidad, así como por su carácter entre secreto y discreto, generó ya un acusado antimasonismo. Pero, esta visión, que no ha desaparecido, ni mucho menos, aunque no pueda ser tan beligerante como en el pasado, no se sostiene desde un pausado y sereno análisis histórico.
Por fin, y en el libro se trata, aunque no sea de forma muy profunda, el tema del origen de la Masonería en general, un asunto complicado de abordar porque aquí han funcionado mucho la mitología y un conjunto de “lugares comunes” defendidos por muchos masones, y que no se sostienen precisamente por un problema de fuentes.
Masonería. Fran Navarro / Midjourney
P. ¿Cómo describiría la relación entre la masonería y la Iglesia Católica en España durante el periodo estudiado?
R. Ya hemos apuntado algo en las respuestas anteriores. La Iglesia española, como la más general, siempre fue contraria a la Masonería y dedicó mucho esfuerzo a denostarla y procurar que fuera perseguida por las autoridades, además de haberlo hecho directa y anteriormente a través de la Inquisición. Consideró que era una secta de carácter satánico contraria a la religión, pero también una secta política para influir en los gobiernos y en las administraciones con el fin secularizar la sociedad, defender el librepensamiento, fomentar el socialismo, buscar la destrucción de la familia y del matrimonio cristiano, y hasta de promover el feminismo, a través de la aprobación de leyes, el fomento de la escuela laica, glorificando la igualdad, o introduciendo a las mujeres en las logias. Para esta crítica empleó libros, prensa periódica, la influencia en los sectores integristas y tradicionalistas y a través del púlpito, siempre bajo el paraguas papal, especialmente en el pontificado de León XIII, clave en parte del primer período que estudiamos en el libro.
Por su parte, la mayoría de los masones, aunque siempre hubo excepciones, fue bastante anticlerical, que no antirreligiosos. Los masones, con sus diferencias entre sí, siempre defendieron que el peso e influencia de la Iglesia en la sociedad española debía aminorarse porque se consideraba que en España reinaba la intolerancia y, además, eso repercutía en el desarrollo del país en todos los sentidos.
Condenados por la Inquisición según Eugenio Lucas Velázquez. Wikimedia
P. ¿Qué papel jugaron las mujeres en la masonería española y cómo ha evolucionado su participación desde el periodo que cubre el libro hasta hoy?
R. Curiosamente, la Masonería española no tardó mucho en incorporar a la mujer en sus logias, precisamente porque, dado su atraso en conseguir ser tolerada, tenía evidentes vacíos reglamentarios internos que posibilitaron ese ingreso frente al resto de Masonerías europeas, asentadas desde hacía mucho tiempo, y donde quedaba muy claro en sus Constituciones y Estatutos que solamente podían ser masones los hombres. Pero esa incorporación debe ser matizada porque se hizo a través de lo que se conocía como Masonería de adopción, es decir, del establecimiento de logias femeninas que debían ser tuteladas por logias masculinas porque se creía que la mujer era un ser que tenía que ser educado y guiado, habida cuenta de sus supuestas carencias formativas y porque se consideraba que seguía muy influida por la Iglesia. Por otro lado, también hubo logias que aceptaron mujeres en su seno.
La Masonería fue muy ambivalente en esta cuestión. Por un lado, consideraba que la mujer debía incorporarse a la misma porque podía ser un factor fundamental para combatir el poder ideológico y moral de la Iglesia, al fomentar su formación y el ejercicio del librepensamiento, y eso influiría en la educación de los hijos. Pero, por otro lado, estas ideas destilaban un evidente paternalismo y no eran plenamente defensoras de una igualdad entre los géneros. En todo caso, hubo importantes masonas en las primeras décadas del siglo XX. La Masonería en este largo período contribuyó al desarrollo de las mujeres, pero no puede ser calificada, realmente, de feminista.
“La Masonería española no tardó mucho en incorporar a la mujer en sus logias”.
La participación de las mujeres en Masonería es uno de los temas de debate en su seno y no sólo en España. Hoy en día hay obediencias y logias masculinas, otras femeninas, y por fin, se encontrarían las mixtas. ¿Deberían ser todas las logias y obediencias mixtas, habida cuenta de que vivimos en Estados basados en la igualdad? Unos masones contestarían que sí, y otros que deben mantenerse estas alternativas para que cada uno esté y trabaje masónicamente donde desee.
P. ¿Qué contribuciones específicas realizó la masonería en el ámbito educativo y cultural en España durante los siglos XIX y XX?
R. La Masonería española fundó escuelas laicas, aunque no pudo hacer grandes realizaciones porque no disfrutó nunca de un gran poder económico, ni disfrutó del respaldo social que tuvieron otras Masonerías en Europa occidental. Cuando se imbricó con otros sectores sí se consiguió sacar iniciativas de interés, como ocurrió en Cataluña.
En la época dorada de la prensa periódica española, la Masonería también jugó su papel con distintas cabeceras de distinta suerte. También se desarrolló la publicación de libros sobre Masonería, ya fuera sobre lo que era y cómo funcionaban los distintos ritos y grados, como sobre su historia, como se puede comprobar con un repaso del catálogo de la Biblioteca Nacional.
Por su parte, muchos masones fueron defensores del empleo del esperanto como idioma para el entendimiento de todos, idea basada en su filosofía universalista. Curiosamente, aunque con objetivos un poco distintos, coincidió con el interés por este idioma que desarrolló el movimiento obrero socialista español.
No podemos dejar de aludir que, habida cuenta de la importancia que la Masonería da a la música, en sus trabajos, en este país existe una larga nómina de músicos e intérpretes de ambos sexos que fueron masones, aunque no se pueda decir que toda la música que compusieron o interpretaron fuera masónica.
P. ¿Cómo participó la masonería española en la promoción de los derechos humanos y las reformas sociales durante el periodo estudiado?
R. La defensa de los derechos humanos y del pacifismo han sido siempre cuestiones de mucho interés por parte de los masones. Los españoles no fueron una excepción, y aunque las obediencias no fomentaron ninguna institución u organización en defensa de estas cuestiones, las que se crearon lo fueron gracias al impulso, la dedicación y el esfuerzo de muchos masones. Las Ligas de Derechos Humanos que tuvo España fueron, en realidad, obra de masones.
Por su parte, en el seno de la Masonería española también hubo defensores de derechos como al divorcio, y alguna obediencia, con perfil más protagonista en la política y la vida social española, llegó a presentar un proyecto con declaración de derechos para la elaboración de una Constitución en 1931. Pero, en realidad, como en defendemos en el libro, más importante fue el trabajo individual de los masones en el seno de los partidos otras organizaciones, como se vio, precisamente en ese capital período de la Historia de España que fue la Segunda República.
Segunda República española. Créditos: Wikipedia
P. ¿Qué estrategias utilizó la masonería para contrarrestar el antimasonismo y la percepción negativa promovida por sus adversarios?
R. En realidad, muy pocas, por mucho que el antimasonismo considerara, en su elaboración de la teoría del contubernio judeo-masónico, que la Masonería manejaba los hilos de la política española en la sombra, y por ello, podía combatir a los considerados “verdaderos españoles”. La Masonería se limitó a denunciar a través de su prensa oficial, y algunos masones en la prensa general, estas ideas, y poco más.
P. ¿Cómo se relacionó la masonería con los movimientos obreros y qué tensiones existieron entre ambos grupos?
R. A la cuestión social llegó la Masonería un poco con retraso e impelida por el auge del movimiento obrero. La Masonería española generó una posición ambivalente en relación a este tema. Por un lado, fue consciente de que había un problema social evidente que no podía ser obviado y que no podía arreglarse a golpe de represión. La realidad de la mayoría de los españoles y españolas era muy dura. Los trabajadores de casi todos los ámbitos tenían bajos salarios para jornadas interminables, vivían en situaciones de hacinamiento, y existía una sobrexplotación de las mujeres y los niños. La Masonería consideró que, a través de la creación de logias de adopción, como las femeninas, pero esta vez de obreros, es decir, tuteladas podía conseguir elevar la formación y competencia de los obreros. Pero nunca le gustó nada la confrontación entre obreros y empresarios, desde una profunda alergia a la violencia, viniera de donde viniera. En este sentido, fracasó de forma evidente porque este tipo de logias no funcionó, ni incorporar a obreros a las logias normales, ni tampoco los intentos más realistas que se hicieron de acercarse a la realidad obrera por parte de la Masonería sevillana en los años treinta. También hubo algunos debates sobre el tema social en las grandes obediencias, y se promovió el estudio de soluciones, pero tampoco cuajó nada relevante.
El socialismo español comenzó siendo muy crítico con la Masonería al considerar que la idea de fraternidad entre miembros de distintas clases en las logias y obediencias era un sinsentido y contraria a la fraternidad de clase, además de sentir verdadera alergia hacia el paternalismo que hacia los obreros desarrolló la Masonería. Pero también es cierto que con el tiempo muchos socialistas también fueron masones, especialmente cuando el Partido Socialista se abrió en su militancia. Así pues, el socialismo español no desarrolló nunca la beligerancia hacia la Masonería que protagonizó, por ejemplo, el italiano. Por otro lado, hubo muchos anarquistas masones, porque, aunque podían parecer nada afines a jerarquías y procedimientos muy reglados, propios de la Masonería, conectaban con más facilidad que los socialistas con la idea de liberación personal que ésta defendía. El comunismo, por fin, sí fue muy crítico con la Masonería, especialmente por la influencia de la Tercera Internacional.
“El comunismo, por fin, sí fue muy crítico con la Masonería, especialmente por la influencia de la Tercera Internacional”. Foto: Istock
P. ¿Podría explicar el rol de la masonería española en el contexto del colonialismo y el nacionalismo durante el periodo que abarca su libro?
R. La Masonería española tuvo una evidente conciencia nacionalista, es decir, fue contraria a la independencia de las colonias en el fin de siglo XIX. Pero su nacionalismo no se basaba en un patriotismo primario y acrítico, sino que era un nacionalismo que podemos caracterizar de regeneracionista y no excluyente. Los masones españoles fueron muy críticos con la manera de administrar Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Es más, en el último caso su crítica se centró en que el Estado español había abdicado secularmente de su responsabilidad en favor de las Órdenes Religiosas, a las que se acusó de ineficacia. Pero, también es cierto, que muchos masones de estas colonias, y que pertenecían a las obediencias peninsulares terminaron por desarrollar una Masonería propia y protagonizaron posturas que fueron más allá de lo reformista para abrazar la causa de la independencia. En el caso cubano, el más desarrollado, además, esa deriva contaba con el apoyo exterior norteamericano, por lo que casi se puede decir que la independencia masónica de Cuba fue previa a la general. Eso generó no pocos quebraderos de cabeza en la Masonería en España. Pues bien, todo esto, tanto la crítica a la política desarrollada en las colonias, como la existencia de masones independentistas, se convirtió en materiales para el argumento de los sectores integristas religiosos y más conservadores en lo político en su ataque a la Masonería en general, considerando que era antipatriótica. Las críticas llevaron a que a finales de siglo se persiguiese de nuevo a la Orden, eso sí con un resultado negativo final por no contar con el apoyo judicial necesario.
Por otro lado, el auge del catalanismo en el último tercio del siglo XIX afectó también a la Masonería, cuando surgió en Barcelona una obediencia que planteaba la defensa de la personalidad política propia de Cataluña. Eso también generó conflictos con la Masonería más general. Así pues, la Masonería, como en las demás cuestiones, no fue ajena a un fenómeno tan presente en la vida política española como el del nacionalismo.
P. ¿Qué importancia tuvieron las ceremonias masónicas públicas y cómo se percibieron estas actividades en la sociedad española de la época?
R. En realidad, se celebraron con cierta regularidad a medida que las distintas obediencias se fueron consolidando, pero, por lo mismo, generaron un fuerte rechazo de la Iglesia y del integrismo, especialmente a través de la interpretación que hicieron de la Constitución de 1876, la más longeva en el período que aquí estudiamos. En la misma se remarcaba el carácter católico del Estado español, aunque se permitía el culto privado de otras confesiones, un asunto que generó un intensísimo debate dentro y fuera del Congreso de los Diputados porque, a pesar de que era un reconocimiento muy tímido de la libertad de conciencia, la Iglesia no estaba dispuesta ni a ceder en esto. Al hacerse ceremonias más o menos públicas se estaría vulnerando, según una interpretación rígida de lo dispuesto, el texto constitucional. Por eso se cargó, en distintas ocasiones, por parte de estos sectores contra los Gobiernos por considerar que eran muy permisivos, y que debían declarar claramente la ilegalidad de la Masonería en España.