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La libertad sexual está bajo mínimos en los productos editoriales destinados a niños

Cuenta Mili Hernández, propietaria de la librería Berkana y de la editorial Egales [ambas especializadas en temática LGTB] que cuando la hija de dos amigas suyas dijo delante de sus compañeros de 6 años “Pues yo tengo dos mamás”, tres o cuatro respondieron al unísono: “¡Qué suerte!”. “Los niños son menos maleables que los adolescentes y más sabios que los adultos”, sostiene. “Ellos no tienen prejuicios. Los adquieren en su entorno, en el colegio o en la familia”. Su editorial publica, junto a NubeOcho Egalité, una serie de libros infantiles que no se limitan a inculcar el respeto a la libertad sexual, sino que normalizan la diversidad.

En El lapicero mágico, de Luis Amavisca y Alicia Gómez Camus, Margarita tiene dos madres y los gemelos Daniel y Carlos dos padres, pero eso no es el tema central de la historia: lo realmente importante es que juntos descubren el lapicero mágico, que puede convertir en realidad los deseos de los niños. Es interesante que la cuestión de las familias homoparentales no se aborde como un conflicto, sino como una característica más del relato.

Muchos de estos cuentos no tratan la familia homoparental como un conflicto, sino como una característica más del relato

La princesa Li (Luis Amavisca y Elene Rendeiro, también de la colección de Egales y NubeOcho) es la princesa lesbiana que nunca creó Disney. La muchachita china vive en un hermoso palacio con su padre, el Rey Wan, hasta que un día le dice que tiene que casarse con un joven de la Corte y ella confiesa que está enamorada de Beatriz. “Fíjate en lo importante que es la cultura. Recuerdo que en la Feria del Libro de hace dos años se acercó una mujer a mi stand y me preguntó si podía hablar conmigo. Me contó que a su hijo de cuatro años le gustaba vestirse de mujer, comprar abalorios en los chinos, tutú, anillos… a ella no le importaba, pero a la familia de su padre -del que estaba separada- sí, y le obligaban a quitárselo todo. El niño estaba siempre triste, se deprimía”, relata Mili.

“Yo le ofrecí algunos cuentos y un manual para ella. Luego la aconsejé sobre un servicio de atención de gays, lesbianas y transexuales. Ese crío lo único que necesitaba es que no le estropearan la vida, que no lo castraran. Y mira, esos detalles, esa información es fundamental para salvar la vida de algunas personas. A lo mejor a ese niño se le ha evitado un suicidio. No hay más que ver las noticias…”. En paralelo con este caso, el cuento de Mi princesito(Cheryl Kilodavis, editorial Bellaterra).

BOOM POR EL MATRIMONIO HOMOSEXUAL

Egale lanzó la colección infantil hace diez años, casi coincidiendo con la legalización del matrimonio homosexual en julio de 2005. A raíz de que muchos gays y lesbianas pudiesen casarse por lo civil y decidiesen ser padres, se creó una ola de demanda de este tipo de literatura. “Necesitaban libros infantiles con referentes, en algunas ocasiones sólo imágenes, para que sus críos no se sintieran extraños”, explica Mili Hernández. “Empezamos a traer textos en inglés, porque en español no había nada”. La editora relata que, precisamente hasta hace diez años, los colegios “no se habían preocupado en tener estos libros o en hablar de la diversidad familiar”.

Aunque el currículo educativo siga sin contemplarlo, al encontrarse con casos en clase, profesores y profesoras comenzaron a acudir a la librería Berkana (c/ Hortaleza, 62, Madrid) pidiendo herramientas para explicarle al resto de sus alumnos por qué un compañero tenía dos madres o por qué otra chica “celebraba el Día del Padre de forma diferente”.

El 80% de los chicos encuestados [de entre 12 y 17 años] no contaría en clase que son homosexuales o bisexuales. 1 de cada 10 que lo han dicho, han sufrido agresiones físicas

Según los datos de un estudio de Cogam [Colectivo LGTB de Madrid] de 2014 sobre la homofobia y biofobia en las aulas, el 80% de los chicos encuestados [de entre 12 y 17 años] no contaría en clase que son gays, lesbianas o bisexuales. 1 de cada 10 que lo han dicho, han sufrido agresiones físicas -tres veces más que quienes deciden tenerla oculta-. La última encuesta realizada por FELGTB -a nivel estatal- denuncia que más de la mitad de menores del colectivo homosexual sufren acoso escolar. En una muestra de 700 jóvenes que habían sufrido este tipo de maltrato por su orientación, los datos revelaron que el 43% había ideado alguna vez el suicidio, el 35% lo había preparado con algún detalle y el 17% lo había intentado en alguna ocasión.

CENSURA A ‘TRES CON TANGO’

“No todo es Barcelona y Madrid, donde, por ejemplo, hay un colegio en Chueca, en calle Barceló, en el que no existe ningún problema y hay normalidad absoluta. Tenemos un montón de clientes de pueblos pequeños que son homosexuales, han decidido ser padres o madres y la realidad de sus hijos esas localidades menos plurales es muy dolorosa”. Ha costado que estos libros no se entiendan como una “incitación a la homosexualidad” del niño o meramente como un escándalo, un sarpullido molesto para núcleos conservadores. El cuento Tres con Tango (Justin Richardson, editorial RBA), que contaba la historia de dos pingüinos machos que adoptan un huevo, fue censurado durante cuatro años en varias librerías públicas de Estados Unidos.

Más de lo mismo en 2014, cuando el Consejo de la Biblioteca Nacional de Singapur lo prohibió y destruyó las copias existentes. Hasta el Papa Francisco tuvo que salir el año pasado en defensa de Francesca Pardi -escritora italiana de libros infantiles- porque sus obras habían sido retiradas de las librerías de Venecia por incluir a familias compuestas por personas homosexuales. Fue el alcalde conservador de la ciudad, Luigi Brugnaro, quien censuró la lectura de Picolo Uovo (editorial Los Tampatello) y de otros cincuenta más firmados por Pardi.

Milia Hernández cree que esto ha cambiado. Acude anualmente a la Feria de Guadalajara (México) y ha tenido buenas experiencias con la biblioteca pública de Filadelfia -que ha creado una sección especializada- y con la de Georgetown en Washington: “Lo quieren todo”, sonríe. Jesús Salido, presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA), reconoce que a ellos -que son una organización de voluntarios- les cuesta sacar según qué materiales -siempre dirigidos a padres- porque la Administración no los subvenciona. “En cuanto a diversidad sexual, hemos tenido reticencias en estos años y no los conseguimos sacar”.

Jesús Salido, presidente de la CEAPA, reconoce que les cuesta conseguir subvenciones de la Administración sobre ‘según qué temas’

Cuestiones como el SIDA sí que tienen más visibilidad -hicieron material al respecto hace cinco años, hubo parón y en 2016 vuelven a sacarlo- o información sobre cómo evitar el abuso sexual. “En conferencias y charlas de formación voluntaria sí que transmitimos la temática de la diversidad al alumnado y a las familias. Pero hay que hablar de ello siempre, de forma habitual, no sólo cuando hay un caso y hay que abordarlo”. Tanto CEAPA como Egale opinan que la LOMCE “se ha cargado cualquier posibilidad de que se hable en serio de este tema”.

DEP EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA

CEAPA aboga por una educación “integral, no sólo curricular” y ya arrastra luchas perdidas como la de la asignatura Educación para la Ciudadanía: “Una materia aprobada y consensuada por todos los ministros de Educación a nivel europeo y aquí se forma una polémica brutal por la Conferencia Episcopal. Ese fue el principal punto incómodo: que decían que consistía en homosexualizar a los niños… que eso es una enfermedad y se puede curar”. Salido habla de que también existen padres “que prefieren que eso quede en el ámbito privado”, algunos porque “tienden a reproducir la educación que han recibido” y otros, directamente, “porque lo ven algo perverso que va en contra de todo lo imaginable”.

Ilustración de Mi papá es un payaso, un cuento sobre una familia homoparental.

Ilustración de Mi papá es un payaso, un cuento sobre una familia homoparental.

Salido tiene pocas esperanzas en que la regulación solucione el conflicto: “Sigue siendo tabú. En los colegios concertados no tenían problemas con Educación para la Ciudadanía porque cuando llegaba el tema de la diversidad sexual, no se trataba y punto, por la libertad de cátedra. Una asignatura no es garantía de nada hoy día”. Uge San Gil, vocal de educación de FELTB, sostiene que cada vez hay más personas “que escriben y compran” libros infantiles sobre diversidad sexual.

El problema está en la edición y en la difusión. Es una pena que las editoriales que creen en esto sólo sean las especializadas

“El problema está en la edición y en la difusión. Es una pena que las editoriales que creen en esto siempre sean especializadas, y a pesar de que apuestan fuerte por su temática, luego sus libros sólo llegan a librerías, de nuevo, especializadas o menos clásicas, como el Instituto de la Mujer. El resto de librerías funcionan por demanda… hay que pedir que te traigan el ejemplar o no lo encuentras. Y menos en una zona visible de los estantes”.

ALARMA POR LOS NIÑOS TRANSGÉNERO

San Gil también lo achaca a que “la Ley de Educación no lo meta en el currículo escolar desde infantil y dependamos de las sensibilidades del profesorado”: “Me he encontrado alumnos de segundo de ESO que me han dicho en conferencias que si somos todos gays o lesbianas, la raza se extinguiría” (se ríe). FELTB ofrece sus servicios a todos los colegios, pero “a los concertados ni entramos”. El vocal cree que la responsabilidad es de las Comunidades Autónomas, que tienen competencias suficientes “para esquivar los parámetros de la LOMCE”. Ejemplos de buena praxis son, según San Gil, Andalucía o Canarias.

La Comunidad de Madrid cuenta con un servicio LGTBI que también funciona por demanda. Aunque -de nuevo- sus servicios se ofrecen a toda la población, la mayoría de sus actuaciones -dotación de material especializado a centros, charlas y conferencias- se dan a partir de una llamada urgente: empieza el curso y hay varios alumnos con familias homoparentales o se localiza algún caso de homofobia en las aulas. No se educa, por norma, al colectivo, aunque existen manuales básicos a los que todos saben que hay que acudir, como los libros de Mercedes Sánchez sobre diversidad e inclusión educativa.

Ilustración del cuento El lapicero mágico, que cuenta las aventuras de dos familias homoparentales.

Ilustración del cuento El lapicero mágico, que cuenta las aventuras de dos familias homoparentales.

La cuestión que más alarma genera es la transexualidad: los maestros no saben cómo actuar vertebralmente, cómo evitar el bullying. Quizá si los agresores hubieran leído con cuatro años el cuento El piratrans Carabarco(editorial La Calle) -el gran bucanero con ovarios- no gastarían ahora la mirada intolerante. Al final, “lo único que la humanidad tiene en común es que se gusta”, como dice el libro escrito e ilustrado por JuanolO y editado por Tándem en 2006. El título -sencillo y celebratorio- resume el mundo y parece, por un rato, que aquí no cabe conflicto. Es hermoso, qué problema puede haber: Nos gustamos.

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