Sigo al detalle la movilización y la paralización docente de estos días en Chile y en ninguna parte de las motivaciones que expresan públicamente sus organizadores, voceros y dirigentes se plantea algún reparo (ni siquiera uno) al hecho de que en un Estado laico la autoridad elimine Historia, pero Religión (el brazo ideológico «invisible» de los obispos chilenos) siga siendo una asignatura intocable en ese Estado «laico». Es decir que estos dirigentes y voceros gritan a los cuatro vientos «que les preocupa la educación pública» – y está bien que así sea y me sumo a su lucha-, pero nada dicen (absolutamente nada) sobre el derecho humano que asiste a niñ@s y adolescentes chilenos a una educación laica.
Noé Bastías. Profesor de filosofía