El tribunal, al que una asociación había recurrido tras la decisión del Ayuntamiento de Cannes, considera que la prohibición respeta los principios de laicidad de la República
La justicia francesa confirmó este sábado el veto al burkini, el bañador islámico que cubre el cuerpo y el cabello, dictado por la alcaldía de Cannes en sus playas durante el verano y al que se ha sumado una pequeña localidad vecina. El tribunal administrativo de Niza, al que habían recurrido una asociación y tres particulares, considera que la prohibición respeta los principios de laicidad de la República. El alcalde de Cannes, David Lisnar, lo definió como “un uniforme (…) símbolo del extremismo islamista”. El colectivo que pide la suspensión de la orden recurrirá ante el Consejo de Estado.
El juez considera que la prohibición respeta las disposiciones del artículo primero de la Constitución, que define a Francia como una República laica y “prohíbe a cualquier persona hacer prevalecer sus creencias religiosas sobre el respeto de las reglas comunes que rigen las relaciones entre colectividades públicas y particulares”. Estima también que “en el contexto de estado de excepción y de los recientes atentados islamistas”, como el de Niza y el de Normandía en julio, vestir un bañador diferente del habitual puede interpretarse como algo más que “un simple signo religioso”.
Llevar estas prendas, agrega, es susceptible de “crear o exacerbar las tensiones entre los numerosos usuarios del dominio marítimo” y provocar altercados. Valida así punto por punto los argumentos esgrimidos por la orden municipal del alcalde conservador de Los Republicanos, David Lisnar.
Al conocer la orden municipal que prohíbe el burkini en sus playas, firmada el 28 de julio pero que había pasado desapercibido hasta hace unos días, el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF) y tres mujeres habían acudido el viernes a la justicia administrativa. El alcalde de la pequeña localidad vecina de Villeneuve-Loubet, Lionnel Luca, del partido de Los Republicanos, informó ayer de que su alcaldía también había prohibido el burkinien sus playas desde el 5 de agosto.
El abogado del CCIF, Sefen Guez Guez, considera que este veto “abre la puerta a la prohibición de todo signo religioso en el espacio público”. Solo el burka, que cubre el rostro, está vetado en las calles. El velo islámico y los signos religiosos considerados llamativos están prohibidos en los centros escolares de primaria y secundaria y para los funcionarios de la Administración pública.