Una sentencia da la razón al ayuntamiento frente a la pretensión de dos vecinos que denunciaron por supuestas molestias.
El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 5 de València ha desestimado el contencioso administrativo impuesto contra el Ayuntamiento de Gandia por parte de dos vecinos a los que molestaba el sonido de las campanas y del reloj de la Colegiata.
La sentencia manifiesta que de silenciar las campanas se estaría vulnerando un derecho constitucional, como es el de libertad religiosa. El recurso judicial pretendía anular una resolución del ayuntamiento, del mes de junio de 2023, que desestimaba la solicitud de los dos denunciantes argumentando que las campanas forman parte de la tradición.
Los dos vecinos, que no residen al lado del campanario de la Seu sino a tres calles del mismo, decidieron interponer una denuncia para hacer silenciar las históricas campanas. A raíz de la denuncia el ayuntamiento accedió a rebajar la intensidad y que no sonaran por las noches.
Es el ayuntamiento, desde su puesta en marcha en el siglo XV, el que mantiene el reloj. La Colegiata lo hace de las campanas para el culto. Culto y reloj tienen campanas diversas, unas como las del reloj, son mantenidas por el Consistorio – como un bien público y servicio a la ciudadanía – y otras son mantenidas por la propia parroquia.
La Colegiata recuerda que nunca, en los últimos 500 años, se había recibido ninguna denuncia o queja al respecto del sonido de la Colegiata. El campanario lleva sonando desde la creación del primer templo. Se tienen noticias exactas desde el siglo XV y XVI.
La sentencia coincide en el momento en que el campanario está ahora en obras y las campanas no suenan por la seguridad de los obreros, pero sí lo harán cuando estas acaben dentro de un año. “De hecho, desde los primeros días que dejaron de sonar por la noche y ahora, que no suenan tampoco durante el día, la Colegiata ha recibido numerosas quejas verbales de vecinos que pedían que volvieran a sonar, pues todos coinciden en que ese sonido acompaña el sueño y la vida del centro histórico de Gandia”, apuntan desde la Colegiata.