El Pleno de la semana que viene debatirá una iniciativa para exigir al Gobierno que reforme la Ley de Libertad Religiosa
Siete años después de que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero diera marcha atrás en su intención de modificar la Ley de Libertad Religiosa, la izquierda radical volverá a reabrir este debate en el Congreso de los Diputados. Así lo anunció ayer en el Pleno el diputado de ERC, Joan Tardá, durante la interpelación al Gobierno sobre esta materia.
Los nacionalistas catalanes hicieron un llamamiento a otras formaciones de izquierda, como el PSOE y Podemos, para que apoyen la próxima semana la moción que llevarán al Pleno de la Cámara Baja. Un documento con el que quieren que la mayoría parlamentaria inste al Gobierno a realizar estos cambios legislativos.
La apelación al consenso se justifica en que fue precisamente ésta la causa de que en noviembre de 2010 el expresidente Zapatero diera carpetazo a una reforma que levantó una gran polémica. Por ello, Tardá admitió que «solo podremos avanzar si el PSOE no vuelve a rechazar los principios que defendemos. Nosotros insistiremos».
Negativa del Gobierno
El Gobierno ya ha advertido que no está dispuesto a cambiar la ley, como así lo adelantó el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que respondió a Tardá en ausencia del titular de Justicia, Rafael Catalá.
De la Serna afirmó que «no está justificado este cambio normativo» porque la ley de 1980 es un «modelo de éxito y de referencia en la gestión de la libertad religiosa». A su juicio, es «falso» que se traslade a los ciudadanos que no tienen libertad.
Hay que recordar que, aunque Zapatero se marcó como prioridad en 2009 la reforma de Ley de Libertad Religiosa, se dio cuenta de que la falta de «consenso social y político» hacia inviable abrir una cuestión tan polémica.
Regulación más acorde
Los socialistas incluyeron en esta reforma en su programa electoral del PSOE, en las resoluciones de los congresos, en las propuestas del discurso de investidura de Zapatero y en el calendario legislativo del Ejecutivo.
Su planteamiento iniciar era cambiar la norma y «hacer una regulación más acorde con estos tiempos», en la que se reconocieran los derechos civiles de todos aquellos ciudadanos que profesaran otra religión diferente a la católica y en la que, además, se eliminara del ámbito público cualquier manifestación religiosa, una medida implantada en países europeos de tradición laicista.
Zapatero llegó incluso a abordar esta cuestión durante una entrevista con el entonces Papa Benedicto XVI y se comprometió a aparcar la reforma.