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La investigación genética. ¿Jugar a ser dios?

Cada vez que se produce un avance en la investigación genética no falta quien señala que estamos jugando a ser dios. Hay que tener cuidado con las consecuencias éticas de manejar la vida. Pero esto se aplica tanto a la investigación genética como a la investigación sobre cualquier enfermedad, a los protocolos de transplantes de órganos, a los riesgos que asumimos en todos los aspectos de nuestra vida y a los que exponemos a los demás.

No afirmo que todos los problemas sean iguales ni presenten los mismos tipos de decisiones, pero sí que a esos problemas nos enfrentaremos tarde o temprano, y que es mejor estar preparados para cuando eso ocurra. Eso se logra conociendo el tema de que se trata, investigándolo en la comunidad científica de manera abierta.

Limitar la investigación genética supondrá restringir el conocimiento científico sobre ella, lo que implicará que cuando se consigan avances (por los que sí han investigado, tal vez clandestinamente), estaremos en una situación en la que un grupo de gente pueda tener un descubrimiento científico en su mano y el resto de la humanidad no estar en disposición de entender su alcance ni de poder encauzar las políticas sobre su uso.

¿Cuáles son los peligros? ¿Manejar los descubrimientos de manera inmoral? A pesar de todos los problemas asociados al uso de la tecnología militar y de algunas drogas, por poner un par de ejemplos basados en descubrimientos científicos, la tendencia (hasta ahora, claro) es que un mayor nivel de conocimientos científicos hacen una sociedad más justa, más saludable, más pacífica y donde es más fácil ser persona.

¿Hay alguna restricción a que no se debe investigar según qué cosas porque son patrimonio del alma y el alma solo es de dios? Eso es prejuicio.

¿Es el problema tomar decisiones sobre la vida y la muerte que competen a dios? Como antes, esto es prejuicio. En las sociedades abiertas y democráticas se toman decisiones de este tipo constantemente, y en mejor manera que en cualquier otro tipo de sociedad.

¿Es el problema la posibilidad de crear un monstruo, una situación que se nos escape de las manos y, por ejemplo, tener que tomar decisiones que hubiéramos no querido tener que tomar? Nunca se sabe. Era concebible (todavía lo es) que la investigación sobre la física nuclear hubiera hecho fácil la fabricación de armas nucleares y que a estas alturas se hubieran usado en infinidad de guerras. No ha sido el caso. La razón es que no era tan fácil hacer tales armas y que la destrucción posible con esas armas es tan grande que su uso supone una gran responsabilidad para cualquier estado que la tenga.

La investigación genética no parece que vaya a tener estos problemas. Tendrá otros. Uno concebible es que unos seres humanos tengan acceso a mejoras genéticas y otros no, y que en la raza humana haya seres con genes superiores a otros. Esto pasa ya, claro está, pero es bastante aleatorio entre todo tipo de grupos humanos. El problema de la manipulación genética es que la división entre buenos y malos genes no sea aleatoria y esté bien determinada (los ricos, los de tales países,…).

La mayor investigación y la mejor diseminación de la investigación y de la tecnología asociada hacen que este problema concebible sea menor, no peor. Por eso no deben poder patentarse ni estos descubrimientos ni sus tecnologías asociadas.

¿Somos aprendices de brujo? Tal vez, es lo que tiene ser curiosos y querer progresar. ¿Por qué alguien lo llama jugar a ser dios? ¿qué significa eso?

II

Hace dos entradas me preguntaba qué significado se le podría dar a la expresión “jugar a ser dios” y en qué circunstancias estaría bien empleada.

Cuesta entender su significado porque yo no tengo ni idea de qué o quién (o quiénes) es dios, ni lo que hace, ni, por tanto, lo que sería jugar a eso que hace ese dios. No solo yo no tengo ni idea de todo esto, sino que nadie en este mundo la tiene.

Si alguien se inventa lo que es y lo que hace un dios, podría inventar un significado para la expresión, pero sería de uso propio suyo y de los que tengan la misma inventiva. Otros, con otras ocurrencias tendrían otro significado para la expresión. No avanzamos mucho.

Si ahora, ese u otro alguien quiere hacernos creer que sabe lo que es y hace un dios y, no conforme con eso, nos quiere hacer creer que él sabe lo que manda y deja de mandar ese dios, ahora ese alguien estará él mismo poniéndose en el lugar de un dios en una mascarada en la que él se erige en personaje principal.

Ese alguien estará jugando a interpretar a dios, que es los más cerca de jugar a ser dios que se puede estar.

jugar a ser dios

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