La Organización de las Naciones Unidas analizó uno de los temas de actualidad
El Consejo de Seguridad de la ONU debe tomar unas medidas inmediatas para proteger a los fieles de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica, declaró este viernes en una reunión de ese organismo de Naciones Unidas el vicepresidente del departamento sinodal de relaciones con los medios del Patriarcado de Moscú, Vajtang Kipshidze.
«Insto una vez más a los distinguidos miembros del Consejo de Seguridad a que abandonen las diferencias políticas y, en aras del respeto al principio de la libertad religiosa, tomen unas medidas eficaces y urgentes para proteger a los creyentes de Ucrania«, subrayó Kipshidze en el encuentro, convocado por iniciativa de Rusia.
El representante de la Iglesia Ortodoxa rusa recordó que «el valor de la elección religiosa fue reconocido por la civilización europea desde los tiempos de la Paz de Westfalia».
«¿Acaso es posible que hoy, en pleno siglo XXI, seamos incapaces de defender a una iglesia perseguida en nombre de ambiciones puramente políticas?», cuestionó.
El primer paso para restaurar la paz en Ucrania, en opinión de Kipshidze, debe ser la suspensión de las persecuciones contra los fieles y el clero de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana.
«Hago un llamado al Consejo de Seguridad de la ONU, dejando de lado las diferencias políticas, para proteger a los creyentes de a pie de una represión sin precedentes. Los sacerdotes, laicos, monjes, obispos no deben convertirse en moneda de cambio en la política mundial», recalcó el vicepresidente del departamento sinodal.
Kipshidze, al finalizar el evento, expresó su agradecimiento al Consejo de Seguridad de la ONU «por la oportunidad de declarar abiertamente la persecución sin precedentes contra los creyentes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana».
Según reveló a Sputnik el representante del Patriarcado de Moscú, para las autoridades de Kiev los creyentes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana no son más que «unos rehenes indefensos».
El pasado 4 de noviembre, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, por sus siglas en ucraniano) informó que desde febrero de 2022 abrió causas penales contra 70 sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica.
Además, la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania aprobó el pasado 19 de octubre en primera lectura un proyecto de ley sobre la prohibición en el país de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica.
El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) indicó con anterioridad que el proyecto de ley en su versión actual viola las normas internacionales de libertad religiosa y puede dividir la sociedad ucraniana.
La presión contra la Iglesia Ortodoxa de Ucrania canónica, la más grande del país, que abarca a millones de creyentes, comenzó en la década de 1990, ante todo por parte de grupos nacionalistas y cismáticos.
Para 2018, ese proceso se convirtió en una campaña estatal a gran escala, y las autoridades crearon la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, compuesta por miembros de organizaciones cismáticas.
Entonces comenzó una ola informativa contra la Iglesia Ortodoxa de Ucrania canónica, acompañada de desalojos masivos de los fieles de sus templos, el registro «voluntario» de esos inmuebles como propiedad de la Iglesia cismática, con la aprobación de las autoridades, así como ataques impunes de nacionalistas y radicales contra el clero y los creyentes.