Dos bloques (conservadores vs. progresistas) protagonizan una cruenta batalla cada vez más difícil de ocultar
Polarización y división. Esta es la situación que afronta la Conferencia Episcopal Española ante temas clave como la unidad de España, el aborto o la adopción de una nueva sensibilidad hacía los matrimonios gays o las uniones civiles. En la Iglesia española conviven dos bloques enfrentados: los conservadores y los progresistas. Corrientes enfrentadas que se polarizan cada vez más.
Posturas enfrentadas
“Lo que ocurre en España es un fiel reflejo de las turbulencias que la Iglesia está viviendo en todo el mundo ante las nuevas formas de hacer de el Papa Francisco”, sostiene una persona muy allegada a la Conferencia Episcopal. Sin embargo, a la Iglesia española cada vez le resulta más difícil ocultar ante la opinión pública la existencia de posturas enfrentadas respecto a temas trascendentales como la unidad de España.
El ejemplo de la unidad de España
Así, si el obispo de de Solsona (Lérida), Xavier Novell, se proclamaba el pasado mes de septiembre independentista, pedía abiertamente el voto a Junts pel Sí y animaba a repicar las campanas el 27-S para “anunciar que ha llegado el día de la libertad en Cataluña”; el cardenal Cañizares publicaba horas después una pastoral, en la que afirmaba tajantemente que “no había justificación moral para la secesión” y realizaba un llamamiento a los católicos para rezar por la unidad de España.
Rouco lidera a los conservadores
Pero la unidad de España no es el único tema en el que existen fuertes discrepancias en el seno de la Conferencia Episcopal. El pasado 5 de octubre, Antonio Maria Rouco Varela se rebelaba contra las intenciones aperturistas del Papa Francisco. Lo hacía firmando un libro (“Los desafíos pastorales de la familia”) junto con otros 10 cardenales pertenecientes al ala más dura de la Iglesia. Un documento que fue acogido con enorme satisfacción por los obispos más conservadores españoles que con la llegada del Papa Francisco veían peligrar las férreas posiciones que siempre han defendido en materia de familia y relaciones personales.
La mayoría silenciosa se moviliza
Sin embargo, con el visto bueno del sector más progresista de la Conferencia Episcopal, teólogos e iglesias populares empezaron a movilizarse para apoyar cambios de calado en la doctrina de la Iglesia. Prueba de ello es el manifiesto que una veintena de teólogos liderados por el obispo emérito de Palencia, Nicolás Castellanos, han publicado para contrarrestar “las crueles resistencias y las presiones cada vez más potentes de los rigoristas” que sufre el Papa Francisco por querer permitir la comunión a los divorciados.
Apuesta por profundos cambios en la Iglesias
En otro documento, promovido desde la Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII -y firmado por personalidades de reconocido prestigio como Xavier Alegre, Juan José Tamayo o José Arregi -, se va aún más lejos al afirmar que la Iglesia debe “respetar las diferentes identidades, opciones y orientaciones sexuales como expresión de la pluralidad de formas de vivir la sexualidad entre los seres humanos”. Además, se apuesta por revisar “la condena indiscriminada de la interrupción voluntaria del embarazo por parte del magisterio eclesiástico”.
Siguiendo el ejemplo de Jesús
“No pertenece a la Fe de la Iglesia el hecho de mantener intacto un determinado modelo de familia, propio de un tiempo y de una cultura. Según los evangelios, Jesús de Nazaret fue profundamente crítico con el modelo de familia de su tiempo y de su cultura”, defienden desde la Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII, muy fortalecida desde la salida de Rouco Varela de la presidencia de la Conferencia Episcopal Española.
La cara opuesta
Frente al auge de asociaciones laicas o iglesias populares, movimientos muy conservadores que como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo, Comunión y liberación o los Kikos, campaban a sus anchas hasta hace muy poco por la Conferencia Episcopal, no ocultan su disgusto ante los nuevos aires que parecen imponerse en la Iglesia Española.
La batalla
Las élites políticas y económicas del Opus, el poderío económico de los Legionarios, los contactos empresariales de Comunión y Liberación, o el ejercito de fanáticos de los Kikos tienen menos peso que nunca en una Iglesia española que ha suavizado en los últimos meses su oposición al aborto o a los matrimonios homosexuales. Muy a su pesar, gran parte de la Conferencia Episcopal parece dispuesta dejar de mirar al mundo desde la atalaya de su doctrina. Pero los jerarcas conservadores prometen dar la batalla para impedir que la Iglesia en España pase de aduana a hospital de campaña. La batalla promete ser cruenta.