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La Iglesia de Benedicto XVI miente cuando afirma que es ajena a la política

“La izquierda rabia por el poder de convocatoria del Papa”. Así fue la portada ayer del diario ultramontano ‘La Gaceta’, del Grupo Intereconomía. Una vez más, los órganos mediáticos afines al PP y, en paralelo, a la cúpula eclesiástica, dictan, directa o indirectamente, uno de sus dogmas troncales y tradicionales. La izquierda no puede, de hecho, ser católica. Fue Pío IX el autor de la encíclica ‘Quanta Cura’ y ‘Sillabus’, modelo inequívoco de doctrina 'cavernaria'.

El Pontífice aludido -que al ser elegido Papa abandonó de inmediato sus ideas discretamente liberales y abrazó el reaccionarismo- anatomizó nada menos que el panteísmo, el naturalismo, el racionalismo, el indeferentismo, el latitudidinarismo, el socialismo, el comunismo y el liberalismo. La mencionada encíclica se divulgó el 8 de diciembre de 1864 coincidiendo con la puesta en marcha del dogma sobre la Inmaculada Concepción de la Virgen María y sobre la infalibilidad del Sumo Pontífice. El integrismo se apoderó, todavía más, de la religión católica.

Pío IX
El socialismo, el comunismo y el liberalismo fueron ideologías prohibidas -entre otros muchos planteamientos con visos progresistas- por Pío IX, quien intentó cerrar de este modo, a cal y canto, el acceso de los católicos a las democracias modernas. Con el paso del tiempo y, sobre todo, con la renovación que supuso el Concilio Vaticano II, se suavizaron en la práctica tales prohibiciones, aunque el comunismo se quedó siempre  fuera de juego. Se aplicaron algunos paliativos, pero desde entonces -hacia finales del siglo XIX- hasta la actualidad, los jerarcas de la Iglesia católica, con algunas excepciones, se sienten más cómodos y más cercanos a la derecha –en casi todas sus versiones- que a la izquierda.

Intento frustrado
No debe olvidarse, en todo caso, que el Concilio Vaticano II fue un intento de Juan XXIII y algunos teólogos progresistas, frustrado por la curia romana y también en general por el Antiguo Régimen. Ni el Papa Juan Pablo II ni Benedicto XVI hablan nunca en favor del citado Concilio. Las organizaciones católicas que, desde hace años, se movilizan para potenciar a los papas, son todas ellas conservadoras y son muy críticas con las reformas del Vaticano II. Acusan de herejes, o algo similar, a quienes continúan reclamando, dentro del catolicismo, cambios profundos que recuperen los valores evangélicos procedentes de los orígenes del cristianismo.

La COPE y Alfa y Omega
La Iglesia de Benedicto XVI, por muchas concentraciones multitudinarias de jóvenes y no tan jóvenes que haya en Madrid, o en donde sea, cuando afirma que la Iglesia es totalmente ajena a la política llega a mentir de forma tan deliberada como descarada. Basta para probar lo que decimos, desde ELPLURAL.COM, con oír la COPE y leer el semanario Alfa y Omega, ambas plataforma oficialmente en manos de cardenales y obispos que habitualmente cargan contra el Gobierno socialista y contra la izquierda, mientras que Rouco Varela y Mariano Rajoy hacen manitas o cucamonas a ver cuándo la derecha regresa al Gobierno. ¡Menudos hipócritas!

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM

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