Por si quedaran dudas del interés de la Iglesia cubana en participar en el proceso de transformaciones, sus responsables acaban de lanzar una convocatoria a los universitarios interesados para que realicen un ‘máster‘ sobre la dirección de pequeñas, medianas empresas y cooperativas para aprovechar las reformas económicas.
La convocatoria, publicada en la versión digital de la revista Espacio Laical, indica que el curso tiene entre sus objetivos conseguir que los estudiantes adquieran habilidades y conocimientos avanzados en dirección de empresas; con un enfoque especial en ‘pymes‘, ‘micropymes‘ y cooperativas".
Es cierto que entre quienes se presenten como candidatos, solo 40 podrán acceder a la matrícula, pero algo es algo para comenzar, y es muy probable que si tiene éxito el curso, apoyado por la Universidad Católica San Antonio, de Murcia, se repita la experiencia y más cubanos se lancene en el futuro a conocer las interioridades de los sistemas de dirección de la pequeña empresa y el trabajo autónomo.
Esta es la última demostración, hasta el momento, del compromiso adquirido por la jerarquía católica con las reformas económicas que, al menos en teoría, quiere llevar adelante el gobierno cubano. De hecho, en una reciente homilía el propio Cardenal de La Habana, Jaime Ortega, llamó a todos los fieles a asumir con espíritu constructivo los cambios que vendrán.
Tal vez, según opinan algunos observadores, este entusiasmo a la hora de apoyar el cambio del modelo económico que impulsan tanto Raúl como Ramiro Valdés se una de las razones por las que la Iglesia se ha convertido en un interlocutor de primer orden para el actual gobierno de la Isla.
Una situación de privilegio desde la que ha conseguido, por medio del diálogo constructivo, lo que ningún otro mediador logró antes: dejar las cárceles casi vacías de disidentes. Los liberados, por cierto, casi mayoritariamente optaron por trasladarse a España con sus familias, aunque también hubo algunos que prefirieron quedarse en la Isla.