Munilla se despedirá después del verano de su parroquia de Zumárraga (Guipúcoa) para hacerse cargo del Obispado de Palencia con 44 años. Fiel a su discurso ya expresado públicamente con polémica, aprovechó ayer una entrevista en el diario La Razón para ofrecer su particular punto de vista sobre la homosexualidad.
La ideología de género esclaviza
El nuevo prelado se defendió de las acusaciones de homofobia y advirtió de que esas "descalificaciones" no van a apartarle "del recto camino". "Las cosas no son como parecen porque", aseguró, "la Iglesia apoya a cada homosexual como persona, con su nombre y apellidos". Entonces, Munilla se presentó como salvador frente a "la ideología de género que, lejos de liberar, esclaviza a los homosexuales".
Persecución sibilina
El apoyo a gays y lesbianas que dijo aplicar no se trasladaba, al menos en la entrevista, al reconocimiento de los derechos civiles de los homosexuales. El nuevo responsable de la diócesis palentina afirmó que "una forma muy sibilina de desproteger y perseguir a la familia es la falacia conocida como extensión de derechos".
España, campo de pruebas
Tampoco demostró respaldo a los homosexuales cuando se refirió a las parejas del mismo sexo como "cualquier tipo de convivencia". O cuando incribió el reconocimiento del matrimonio para gays y lesbianas en España en una tendencia de "desprecio a la ley natural". Al respecto, sentenció que nuestro país "ha sido elegido como un campo de experimentación de una ideología radical deshumanizante".