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«El nacionalismo étnico y el cristianismo, son incompatibles»
«Los obispos alemanes, muy preocupados por el auge de la extrema-derecha y con el recuerdo del horror del nacismo que vivió este país, el pasado mes de febrero dieron a conocer un documento donde afirmaban que ‘el nacionalismo étnico y el cristianismo, son incompatibles'»
«Por eso, con valentía, el episcopado alemán ha decidido expulsar de las funciones en los órganos diocesanos, a los partidarios de la extrema-derecha»
«A diferencia de algunos sectores de la Iglesia española, que no disimulan nada sus simpatías por estos grupos y que incluso flirtean con ellos»
«Ante la demonización de la inmigración que hacen las derechas, el dominico Xabier Gómez, director del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, ha dicho que ‘un católico no puede comulgar con el racismo y la aporofobia'»
Los obispos alemanes, muy preocupados por el auge de la extrema-derecha y con el recuerdo del horror del nacismo que vivió este país, el pasado mes de febrero dieron a conocer un documento donde afirmaban que “el nacionalismo étnico y el cristianismo, son incompatibles”(Religión Digital, 26 de abril de 2024). Es por eso que, con valentía, el episcopado alemán ha decidido expulsar de las funciones en los órganos diocesanos, a los partidarios de la extrema-derecha.
A diferencia de algunos sectores de la Iglesia española, que no disimulan nada sus simpatías por estos grupos y que incluso flirtean con ellos, el vicario general de Trier, el P. Ulrich von Plettenberg, ha dicho que “quien represente a un partido que difame, insulte, acose o niegue el derecho de asilo a personas por su origen, lengua, religión o cultura, no es aceptable en el servicio de la Iglesia”. En el País Valenciano y en Cataluña tenemos muchos ejemplos (y muy claros, de grupos que difaman e insultan a los inmigrantes y a los pobres).
«P. Ulrich von Plettenberg: ‘quien represente a un partido que difame, insulte, acose o niegue el derecho de asilo a personas por su origen, lengua, religión o cultura, no es aceptable en el servicio de la Iglesia'»
Así mismo, la diócesis de Münster ha decidido que “los extremistas no pueden formar parte de los consejos parroquiales”. Y es que a diferencia de lo que piensan algunos obispos españoles, “el Evangelio no es apolítico”, como ha afirmado el obispo de Magdeburg, Gerhard Feigee. Y es así: ni el Evangelio ni la Iglesia son apolíticos, pero a la vez, sí que han de ser apartidistas y no apostar por un grupo político o demonizar a un gobernante, como ha hecho el P. Julián Lozano, ex delegado de Medios de Comunicación Social de la diócesis de Getafe, cuando dijo: “Ojalá el Sr. Sánchez deje su cargo ya. Es responsable de usar la mentira como principal estrategia política. Basta ya”.
«La diócesis de Münster ha decidido que los extremistas no pueden formar parte de los consejos parroquiales'»
Los obispos alemanes como el de Hamburgo, Stefan Hesse, ha dicho que ante el’ aumento de la extrema-derecha, “no podemos quedarnos de brazos cruzados, mientras un partido intenta abolir la democracia”.
Cabe que recordemos que en mayo de 2020, con motivo de los 75 años del final de la II Guerra Mundial, los obispos alemanes donaren a conocer un documento sobre el papel que tuvo la jerarquía alemana durante el nacismo. Aquel texto de hace cuatro años, era un “mea culpa” de los obispos de Alemania por la actuación cobarde de sus predecesores, que apenas reaccionaron ante “los escandalosos crímenes contra aquellos que fueron discriminados y perseguidos como extranjeros, especialmente los judíos”. Por el contrario, en el estado español pocos obispos han pedido perdón por la simpatía de sus predecesores con el franquismo.
«Stefan Hesse, ha dicho que ante el ‘aumento de la extrema-derecha, “no podemos quedarnos de brazos cruzados, mientras un partido intenta abolir la democracia'»
Conscientes del peligro que supone el ascenso de la extrema-derecha, los obispos alemanes no han mirado hacia otro lado, ni se han amparado en una falsa neutralidad (tan invocada por algunos bisbes españoles), puesto que como decía el opispo Desmond Tutu , “si eres neutral en situaciones de injusticia, es que has elegido el bando opresor”.
Desgraciadamente en el estado español, como ha dicho el teólogo Juan José Tamayo, “está naciendo una nueva alianza entre grupos de derecha extrema y de extrema-derecha y de movimientos cristianos integristas, donde se tejen los discursos de odio, estableciendo la dialéctica amigo-enemigo en los terrenos de la política y de la religión”. Además, como dice también Tamayo, “los movimientos religiosos integristas (con la bendición de algún obispo), se alimentan del odio, en contradicción con los principios del Evangelio”.
Por eso, quien fue religioso marianista, Daniel Pajuelo, decía: “Lo que más me preocupa es la continua identificación de la derecha con la Iglesia”. De aquí que solo hace unos días, sabíamos que “PP y VOX citan a Flores y grupos católicos para defender sus leyes a las Cortes Valencianas” (Levante, 2 de maig de 2024), en una mala copia del nacionalcatolicismo.
Como el que representa el P. Julián Lozano, quien fuera hasta el pasado mes de julio delegado de Medios de Comunicación de la diócesis de Getafe, que se atrevió a escribir en las redes sociales y sin el menor pudor: “Ojalá el Sr. Sánchez deje su cargo ya. Es responsable de usar la mentira como principal estrategia política”. Y el P. Lozano acababa con un rotundo un: “Basta ya” (Religión Digital, 25 de abril de 2024).
«Ante la demonización de la inmigración que hacen las derechas, el dominico Xabier Gómez, director del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, ha dicho que ‘un católico no puede comulgar con el racismo y la aporofobia'»
Ante la demonización de la inmigración que hacen las derechas, el dominico Xabier Gómez, director del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, ha dicho que “un católico no puede comulgar con el racismo y la aporofobia” (Religión Digital, 6 de mayo de 2024).
Por eso a aquella parte de la jerarquía española, que no disimula nada su flirteo con grupos intolerantes, le iría muy bien aprender del teólogo Johan-Baptist Mezt, crítico con una religió aburguesada, cuando instaba al cristianismo a ser “un agente de cambio ante la injusticia que impera en el mundo”. Y el monje trapense Thomas Merton, decía: “Yo hago de mi silencio monástico una protesta contra las mentiras políticas y las falsas propagandas”. Y es que “el cristiano ha de comprometerse a transformar la injusticia de la sociedad”.