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La semana pasada, el senador republicano de Missouri Josh Hawley admitió algo que alguna vez pudo haber impactado a su partido.
“Algunos dicen que yo llamo a Estados Unidos una nación cristiana”, dijo Hawley. le dijo a la audiencia en la Conferencia Nacional de Conservadurismo en Washington. “Y así lo soy. Algunas personas dicen que apoyo el nacionalismo cristiano. Y lo hago. Mi pregunta es: ¿Hay algún otro tipo que lo merezca?
La supremacía cristiana conservadora está en aumento.
En Oklahoma, el principal funcionario de educación del estado ha ordenado que las escuelas públicas incluyan en todos los grados y incluye sus enseñanzas a sus lecciones.
En Luisiana, los funcionarios ordenaron que todas las aulas de las escuelas públicas debe ser mostrado Los diez Mandamientos.
¿Qué pasará en nuestra nación, que fue fundada sobre los principios de libertad de religión y separación de la Iglesia y el Estado?
“Josh Hawley no habría dicho eso hace un año”, dijo Steven Ujlacki, productor y director de la película. increíble nuevo documental “Mala fe: la guerra sucia del nacionalismo cristiano contra la democracia“. Pero hoy en día, dijo, los nacionalistas cristianos “tienen una mayor sensación de poder. Su objetivo es hacer que parezca que ya han ganado e involucrar a todos.
Hace seis años, Ujlaki, que estaba terminando su mandato como decano de la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad Loyola Marymount, decidió cómo Donald Trump -un adúltero, un delincuente sexual y un mentiroso compulsivo- podría convertirse en presidente con el apoyo abrumador de los votantes. afirman defender los valores cristianos.
De lo que se ha dado cuenta es de que la presidencia de Trump y su perdurable popularidad entre los conservadores religiosos más extremos es producto de un movimiento político de 50 años. El nacionalismo cristiano pretende retroceder un siglo de progreso social estadounidense explotando la ansiedad de los conservadores blancos ante los cambios demográficos y políticos que están transformando el país.
Los nacionalistas cristianos no se identifican con Trump; más bien, él es su barco y su bola de demolición, y en esto ha tenido un gran éxito. ¿Quién hubiera imaginado hace años que la Corte Suprema sería remodelada por un magnate inmobiliario y acabaría con medio siglo de derechos reproductivos?
De hecho, un miembro republicano del Congreso dijo en la Cámara de Representantes el jueves que el país debería “trabajemos al revés” hasta 1960, si Trump es elegido, niega el abuso de los hombres por parte del “movimiento feminista agresivo”.
El nacionalismo cristiano es una ideología política supremacista blanca disfrazada de religión.
“Se hacen pasar por cristianos”, dijo el editor de Christianity Today Russell Moore, quien dejó la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur para apoyar a Trump en 2016.
El movimiento no surgió, como muchos creen, en respuesta a la histórica decisión de la Corte Suprema que legalizó el aborto en 1973. Fue creado hace años en respuesta a decisiones que pusieron fin al estado de exención de impuestos de escuelas racialmente segregadas como la Universidad Bob Jones. El aborto se ha convertido en una tapadera más atractiva que el racismo.
“La gran idea del nacionalismo cristiano es que Dios creó Estados Unidos para un cristiano blanco con una ideología y una cosmovisión particulares”, dijo. Abu Patel, fundador de Interfaith America, que promueve la diversidad religiosa. “Este grupo es superior y todos están subordinados y deben ser mantenidos sometidos por la fuerza si es necesario”. (Ver: 6 de enero).
Con el consejo de su amigo y colega documentalista Ken Burns, Ujlaki adopta un enfoque cronológico en Bad Faith, remontándose a la fundación del secreto y muy bien financiado Consejo en 1981 por activistas cristianos ultraconservadores. Entre ellos se encontraba el cofundador de la Heritage Foundation, Paul Weirich, quien una vez dijo: “No quiero que todos voten. De hecho, nuestra influencia electoral está claramente aumentando a medida que disminuye el número de votantes”.
Periódico “Washington Post”. describió el consejo en 2021 como “una organización conservadora inusual y menos comprendida” en la capital. Prohibe a la prensa asistir a sus eventos, y sus miembros, incluido el ex vicepresidente Mike Pence y la partidaria de los rebeldes Ginny Thomas, esposa del juez de la Corte Suprema Clarence Thomas, “han acordado guardar silencio sobre sus actividades”.
Uno de los muchos aliados del consejo es la Fundación Heritage, que cuenta con más de 900 páginas. Proyecto 2025 Se considera el diseño de la segunda administración Trump. El documento aboga por objetivos nacionalistas cristianos: desmantelar el estado administrativo reemplazando a los funcionarios públicos con adoradores de Trump, reducir las regulaciones, eliminar las protecciones para las personas homosexuales y transgénero, desmantelar el Departamento de Educación, exigir que todos los embarazos lleguen a término y hacerlo más difícil. . votar por algunas personas (¿adivinen quién?) y cortar la red de seguridad social (porque si eres pobre, depende de ti).
“Esto no es Jim Crow”, dice en “Bad Faith” el reverendo William Barber II, quien fundó el Centro de Teología Pública y Políticas Públicas de la Yale Divinity School. “Es James Crow, Esq. Fue a la escuela, se licenció en derecho y regresó para escuchar todas las voces progresistas de esta nación”. (Anexo A: Hawley, Stanford ’02, Yale Law ’06).
uno de febrero Encuesta del Centro de Investigación Pew descubrió que menos de la mitad de los adultos estadounidenses dijeron haber oído o leído algo sobre el nacionalismo cristiano. “La mayoría de los republicanos”, dijo Pew, “dicen que nunca han oído hablar del nacionalismo cristiano”. Es alarmante lo poco que saben los estadounidenses sobre el movimiento que intenta convertirlos en una cosa del pasado.
Nadie ha capturado mejor el espíritu corrupto del movimiento nacionalista cristiano que el homófobo blanco Nick Fuentes, quien aparece breve pero memorablemente en Bad Faith.
“F es democracia”, dice Fuentes. “Estoy con Jesucristo.”
Excepto que, ya sabes, en realidad no lo es.
