Un 39 por ciento de los encuestados creen que el Islam debe ser la «principal» fuente de la legislación, mientras un 34,7 desean que sea la «única» fuente. Tan sólo un 12,3 por ciento de la población considera que debería ser «una de las fuentes de legislación». Y apenas un 2 por ciento es favorable a que el nuevo régimen no se base en la religión.
Los autores de la investigación no han podido desplazarse a dos provincías suníes -donde también hay una muy fuerte influencia religiosa- ni a una región kurda. En todo caso, la encuesta -realizada sobre 2.705 personas- admite un margen de error del 2,75 por ciento sobre sus resultados.
Estos son especialmente relevantes porque una de las primeras tareas de la Asamblea recientemente elegida será la redacción de una Constitución. En la actualidad rige una ley fundamental provisional en la que EE.UU. ejerció muy fuertes presiones para reducir el papel del Islam.
La elaboración de la Constitución, además, se va a llevar a cabo sobre el telón de fondo de una incesante violencia que cada día se cobra decenas de víctimas. Ayer, al menos 22 personas murieron y 40 resultaron heridas en un atentado suicida con coche bomba perpetrado en un mercado de Sueira, a 50 kilómetros al sur de Bagdad.