La Fiscalía ha retirado este martes la acusación inicial contra el único procesado por el conocido como caso Romanones, el padre Román, para el que pidió nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual continuado a un menor, al considerar que no han quedado acreditados los hechos.
Lo ha hecho en la última sesión del juicio que se celebra desde el pasado 6 de marzo en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada. La causa se inició cuando un joven que ahora tiene 27 años puso los hechos, ocurridos supuestamente cuando contaba entre 14 y 17, en conocimiento de la Fiscalía andaluza en octubre del 2014, y sobre los que llegó a pronunciarse el papa Francisco.
El fiscal ha retirado la acusación por la que solicitó nueve años de prisión en las conclusiones finales, mientras la acusación particular ha mantenido la petición de 26 años de cárcel aunque con modificaciones técnicas y la defensa del sacerdote su libre absolución.
También ha mantenido su acusación la acción popular, ejercida por la Asociación Prodeni. Pide para él la pena de 15 años de prisión, inhabilitación absoluta por 15 años, privación de residir en el lugar en que resida la víctima por 15 años y prohibición de aproximarse y comunicarse con ella durante 15 años, así como una indemnización de 75.000 euros por daño moral.
Las partes han presentado sus informes tras nueve sesiones de vista oral en las que inicialmente se citó a cuarenta testigos y catorce peritos y que comenzaron con el único procesado, que negó los hechos y recalcó que tenía con el denunciante un “amor cristiano”.