Khalid Zerrari es un activista del movimiento berberista en Marruecos desde hace muchos años. Este profesor de instituto de la ciudad de Kenitra es también vicepresidente del Congreso Mundial Amazigh (CMA), un organismo que coordina a la mayoría de los grupos y corrientes berberistas en África del norte. En esta entrevista con Correo Diplomático, Zerrari desgrana algunas cuestiones esenciales del movimiento berberista.
– Pregunta: ¿Qué lectura hace usted de la situación del movimiento amazigh en Marruecos?
– Respuesta: “Creo que hemos dado grandes pasos y hemos conseguido que algunas de nuestras reivindicaciones sociales, culturales y políticas hayan sido aceptadas por el poder. Es una gran victoria de todos los berberistas de Marruecos que la lengua tamazigth haya sido reconocida oficialmente en la nueva Constitución. Lo que ocurre es que el árabe sigue siendo le lengua dominante en los organismos oficiales y nuestra lengua sufre muchos problemas, y en bastantes ámbitos políticos, sociales, económicos e institucionales está claramente discriminada. Estamos impulsando una lucha tenaz para obligar al Estado a invertir en las regiones de Marruecos de mayoría bereber, porque son territorios, en general, marginados económicamente. Los bereberes de Marruecos no estamos completamente satisfechos, pero valoramos que hemos conseguido dar pasos importantes”.
– P: ¿Cree que la situación de la realidad amazigh en Marruecos es mejor que en otros países de África del norte?
– R: “Por supuesto que la situación es mejor. La realidad amazigh ya no es un tabú en Marruecos, ha sido reconocida por el poder y el rey defiende esta realidad. Lo dijo hace unos días en un discurso en el Parlamento. Como le he dicho, la Constitución reconoce que Marruecos tiene dos lenguas oficiales, el árabe y el tamazigth. Argelia también reconoció constitucionalmente la existencia de la lengua tamazight como lengua nacional, pero en ese país el poder ha reprimido con gran dureza a los movimientos berberistas, sobre todo en la Cabilia. Yo mismo fui detenido en Tizi Uzú (capital de la gran Cabilia) durante un viaje que hice a Argelia como vicepresidente del Congreso Mundial Amazigh (CMA). En Marruecos, se respira un mayor aire de libertad y nuestra lengua está presente en las escuelas y en los medios de comunicación. En Libia, los berberistas tienen grandes dificultades para hacer oír su voz y en Túnez, no hay ningún reconocimiento de la realidad amazigh del país por parte del nuevo poder surgido de las urnas. El presidente Moncef Marzuki no tiene ninguna simpatía hacia los berberistas. En general, los regímenes de la región están impregnados de ideología áraboislámica y suelen ser hostiles a la realidad amazigh y a las reivindicaciones de los movimientos berberistas”.
– P: ¿Pero, no le parece que esa ideología ha retrocedido en el norte de África?
– R: “Sí, es verdad que ha retrocedido, pero hasta cierto punto. Ya no estamos en los años sesenta y setenta del siglo pasado, cuando el movimiento berberista en un país como Marruecos era reprimido a fuego y a sangre y el panarabismo gozaba de buena salud en las fuerzas políticas. Pero esa ideología antidemocrática sigue teniendo peso en la clase dirigente y las instituciones y en las poblaciones de origen bereber arabizadas”.
– P: ¿Frente a esa ideología, qué propone el CMA?
– R: “El CMA y, en general, los movimientos berberistas, desde los más políticos hasta los que basan su estrategia en la cultura, defienden sin ambigüedad la existencia de Estados democráticos y laicos en África del norte. Pensamos que los países de esta región, que son de mayoría bereber, tienen que cambiar sus estructuras políticas, sociales y económicas. En este sentido, la democracia y la laicidad son nuestros dos principales objetivos”.
Archivos de imagen relacionados