Por alguna razón que mi entendimiento no alcanza, se ha puesto en marcha una iniciativa católica denominada "Objetivo 1.300". La cosa consiste en clavar 1.300 cruces de cuatro metros de altura, cuya base es encementada sólidamente por animosos activistas vaticanos, en todas las cumbres de la geografía española con el objeto de promover los valores católicos.
Cerrada a cal y canto como un cortijo católico con toda una oferta de atracciones cristianas y decentes. Un Disney World preconciliar patrio que incluye peregrinaciones a miembros incorruptos y reliquias varias al que ahora podemos añadir la ruta de las Cruces anti-Islam. Pues eso mismo, repeler la inminente invasión del Islam, dicen que es el motivo que les empuja a crucificar todos los picos de nuestra geografía. A lo mejor piensan que el Islam es algo similar a los vampiros y, si falla lo de las cruces, acaban coronando los montes con ristras de ajos. Conmigo está funcionando pese a no ser ni musulmana ni vampiresa. Ante el lamentable espectáculo de esta España asaetada de cruces, supercherías y camelos puedo escuchar alto y claro: ¡Vade retro satanasa! ¡Y me entran unas ganas de salir corriendo…!
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