EH Bildu, PSE, Baleike e Irabazi ratifican la laicidad municipal pero el PNV apela a la cultura y mantiene las tradiciones
El carácter civil y aconfesional de los actos públicos oficiales quedó ratificado por el pleno corporativo con los votos de EH Bildu (7), PSE-EE (3), Baleike (2) e Irabazi (1), formación esta última cuyo representante propuso vía moción el acuerdo que establece que «ninguna autoridad pública o funcionario participará, en calidad de tal, en actos de naturaleza religiosa». Pero esta resolución que, según su inspirador Juan Luis Merino, derogaría actos como la procesión de autoridades previa a la Salve de San Juan o la peregrinación de la Corporación a Arantzazu en septiembre, quedó en papel mojado tras una contramoción del PNV. En ella, los nacionalistas matizan que los miembros de la Corporación «podrán participar en actos que se consideran costumbres, tradición o cultura de la localidad». Y esta proposición también resultó aprobada, esta vez con los votos del PNV (8) más el apoyo de su socio de gobierno PSE-EE (3), que poco antes había secundado la moción de Irabazi.
De esta forma, una Corporación que acababa de declararse oficialmente laica y aconfesional acordaba a renglón seguido mantener su asistencia a actos de naturaleza religiosa en tanto formen parte del acervo cultural local.
La cuestión de la laicidad municipal dio lugar a un debate en el que el concejal de Irabazi (Ezker Anitza-IU, Equo e independientes) dijo «no entender a qué viene» la moción del PNV. Juan Luis Merino aseguraba que su proposición «no coarta las tradiciones y costumbre locales» y que «yo no le digo a la alcaldesa que no vaya a ningún acto; solo que no lo haga como representante del Ayuntamiento». Pero el concejal de Irabazi reconocía que actos como la procesión de autoridades de la Salve, en la que corporativos portan la imagen de San Juan y la bandera del municipio, «no podrían celebrarse en ese formato».
El PNV salió en defensa de estos actos apelando a la tradición y a la cultura, pero fue blanco de las críticas del portavoz de Baleike-Podemos, Igor Urizar, que acusó a los jeltzales de «privilegiar e imponer» la confesión católica, haciendo mención de los aspectos menos edificantes de su herencia, como el relativo a su concepción «patriarcal y machista» de la sociedad.
Eneko Barberena, portavoz de EH Bildu, propuso evitar que las costumbres y tradiciones se fosilicen actualizándolas por medio de la separación entre la religión y las instituciones públicas. Y tras recordar al PNV que algunos de los actos que «consideráis parte de la cultura del pueblo mantienen una naturaleza religiosa», anunció el voto en contra de su formación «entre otras cosas porque hemos votado a favor de la anterior moción», en referencia a la presentada por Irabazi.