Por primera vez, 26 alumnos reciben en Euskadi clase de religión evangélica en sus colegios. Tras la incorporación de las enseñanzas del Islam, desde el pasado año la enseñanza protestante ha llegado a las aulas, en concreto a dos cursos de primero de ESO. Manuel Roncero es el profesor de estos adolescentes de los que todos menos uno pertenecen a la etnia gitana.
Manuel, evangélico desde los 14 años, ha asumido su tarea casi por casualidad. Su confesión era vox pópuli entre sus compañeros de trabajo -«tanto es así que una vez se corrió el bulo de que yo era obispo», recuerda-, así que, cuando se formó un grupo suficientemente numeroso, los responsables de la Delegación de Educación pensaron inmediatamente en él.
«Necesitaban a alguien que tuviese formación para impartir enseñanzas, como mínimo de Magisterio, y la verdad no somos tantos». En Euskadi, hay aproximadamente 3.000 fieles al culto evangélico, la mayoría de raza gitana.
En sus clases, Roncero inculca a sus alumnos los preceptos de esta religión, surgida en el siglo XVI a raíz de la Reforma Protestante. Sin embargo matiza que las diferencias con la religión católica «no son tantas» aunque sí importantes. El profesor está estudiando Teología en la Universidad de Deusto, «que es católica».
Y ¿cómo reciben sus alumnos estas enseñanzas? «Los más jóvenes van al culto con sus familias aunque cuando acaban los cánticos se van a la calle», asume Roncero con humor. Y sorprende que, a diferencia de los docentes católicos, defienda una escuela laica. «Al margen de que reciban una información general sobre religiones, cada comunidad o cada familia debe encargarse de inculcar a sus hijos sus creencias. En la escuela no tiene mucho sentido».